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La gestión de una especie polémica en la región

Los cazadores no matan ningún lobo en la primera batida autorizada en el Cuera

El segundo control de la especie con participación de los cotos se hará el domingo en Candamo Nueva denuncia de los ecologistas ante la Fiscalía

El ganadero Pablo González, con uno de sus terneros matados por el lobo en un monte de Zurea (Lena). LNE

Fracasa la primera batida de lobos autorizada en la sierra del Cuera: los cazadores no lograron matar ayer ningún ejemplar después de un día entero de intensa búsqueda. La actuación, permitida por la consejería de Medio Ambiente y cuestionada por los ecologistas, se desarrolló en El Casar, entre Porrúa y el pico Turbina, desde el amanecer hasta última hora de la tarde. Los participantes en la batida, un total de quince pertenecientes a los cotos de Peñamellera Alta, Llanes y Cabrales, ni siquiera vieron un solo cánido salvaje. El segundo control de la especie con participación de las sociedades cinegéticas se realizará el domingo en Candamo durante una batida de jabalíes, ya que en el Cuera los cazadores no volverán a salir hasta la semana que viene.

"Sabemos que estaban por ahí, porque encontraron una oveja muerta. Pero los lobos son muy inteligentes y las ramas de las hayas mermaron la visibilidad", explica el alcalde de Peñamellera Alta, José Antonio Roque, nombrado portavoz de las batidas. Los daños, según los ganaderos, se producen por todo el Cuera, pero los cánidos salvajes se refugian en la zona conocida como El Casar, muy agreste, donde se hizo la batida ayer. Roque señala que los controles, supervisados en todo momento por la Guardería del Medio Natural, se realizarán todas las semanas con el fin de reducir los ataques de la especie a la ganadería en un área que debería estar libre de lobos.

Por otro lado, el domingo pasado fue abatido por primera vez un lobo en una cacería programada en la Reserva Regional de Caza de Cangas del Narcea. La actuación, explica la consejería de Medio Ambiente, está contemplada en el II Plan de Gestión de la especie como apoyo para alcanzar el cupo de capturas, que en la zona del suroccidente es de cinco ejemplares. La Coordinadora Ecologista de Asturias ha denunciado ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Asturias la muerte de ese animal al considerar que se pudo cometer un delito de tipo penal. Se trata de la segunda denuncia que hace un grupo conservacionista en menos de un mes en relación al lobo, tras la presentada el mes pasado por el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF España).

El portavoz de la Coordinadora Ecologista, Fructuoso Pontigo, asegura que denunciarán "caso a caso", ya que el "incumplimiento de la ley se produce una vez se mata al lobo". La organización no sólo irá contra los cazadores, sino también contra los responsables políticos que firmen las autorizaciones. El Principado indica que el animal abatido el domingo en la Reserva Regional de Caza de Cangas del Narcea responde a uno de los métodos de control recogidos en el Decreto del II Plan del Lobo y que la cacería se realizó "con el control y seguimiento de miembros de la Guardería del Medio Natural". El ejemplar, confirma el Principado, "quedó en posesión de la Administración, como establece el propio plan".

El mayor ataque

Las polémicas batidas de lobos con cazadores encuentran su justificación en el parque natural de Las Ubiñas- La Mesa, donde ha tenido lugar el mayor ataque de cánidos salvajes a la cabaña ganadera en el Cantábrico. El joven ganadero Pablo González, de 24 años, está desesperado tras matarle los lobos una docena de terneros en dos fincas de los montes de Zurea (Lena). "Si no cambia la cosa, lo dejaré. Ya las vacas dan poco dinero de por sí, como para encima perder animales cada poco", protesta. El último ataque, encima, fue "lo nunca visto": "Ocurrió la noche del 24 de septiembre y los terneros fueron apareciendo poco a poco. El primer día encontramos cuatro, al siguiente, uno... Así hasta diez, nos quedan dos por localizar".

Precisamente ayer, el joven ganadero estuvo toda la tarde buscándolos por el monte. "Si no los encuentro, no recibo indemnización", se queja Pablo González, que critica que los pagos se producen "dentro de un año, cuando el valor de la vaca podría ser el doble". A consecuencia de ello, el profesional baraja llevar todos sus animales -más de 300- a Extremadura. "Allí los tenemos en invierno, pero por culpa del lobo acabaremos no trayendo ninguno a Asturias", afirma.

A la alarma ganadera, generada a raíz del ataque a grandes rebaños, reaccionó ayer el Ayuntamiento de Lena. El concejal de Ganadería, Jorge Fernández Suárez, remitió un escrito a la Consejería de Medio Ambiente para que controle la población de cánidos salvajes. "Los profesionales de este sector, con esta oleada de ataques, ven que sus ingresos por esta actividad son cada vez más reducidos. Esto provoca que cada vez resulte más complicado vivir exclusivamente de la ganadería", señaló el concejal. Además de la alerta en las Ubiñas, el responsable municipal hizo referencia a "avistamientos" de ejemplares en el monte de Valgrande".

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