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Encontrar la estela del rey Favila, misión imposible en Cangas de Onís

Los visitantes piden más y mejor señalización de la inscripción que recuerda la muerte del hijo de Don Pelayo en las garras de un oso

Pipo Fernández, José Carbonell y José Antonio Alonso con la estela de Favila y la cruz en la piedra, al fondo. C. C.

Misión imposible. Así definen los visitantes que se acercan hasta Llueves, en Cangas de Onís, la tarea de buscar la estela que conmemora la muerte del rey Favila, hijo de Don Pelayo, en las garras de un oso.

Vecinos y turistas llevan años reclamando la instalación de señales que publiciten la ubicación del monumento, según afirman residentes como José Carbonell, que lamenta que el patrimonio cangués esté "poco o nada cuidado". "A veces tenemos que hacer de guías porque como está comida por el musgo y la maleza, la estela es difícil de encontrar hasta para quienes conocen la zona y su ubicación", lamenta. "Es indignante que no haya una indicación dirigiéndote a la cruz que cambió la historia de Asturias", reflexiona.

El enclave donde supuestamente murió Favila está señalizado con una piedra tallada con la cruz y en la cual figura la inscripción: "Un oso mató aquí al Rey Favila". Historia o leyenda, lo cierto es que se trata de un lugar por el que pasan muchos visitantes al cabo del año.

El Consistorio cangués encargó en enero de 2016 un proyecto de ordenación del espacio y acondicionamiento de la parcela que hasta ahora no se habría podido ejecutar por dos motivos: un particular está rehabilitando una vivienda muy cerca de la zona y la localidad está pendiente de las obras de saneamiento, que el Principado podría iniciar la próxima semana.

Así lo aseguró ayer a este periódico el alcalde, el popular José Manuel González, que apostó por dar un lavado de cara a la estela que en 1857 mandaron grabar los duques de Montpensier. La memoria de la obra, presupuestada en 6.077 euros, prevé una limpieza del entorno y su pavimentación. Los vecinos, que en mayo organizan una procesión en honor al oso regicida, convocada por el Ateneo Republicano, van más allá y reclaman un mirador a los Picos.

Los lugareños advierten de que el lugar en el que la leyenda sitúa la muerte del hijo de Don Pelayo en 737 no es el único que necesita un "lavado de cara". Como ejemplo de abandono citan la torre privada de los Soto, ubicada en Sotu Cangues, más conocida como la de "la Jura". Su estado -en riesgo de hundirse- contrasta con la importancia que tuvo en otro tiempo cuando los alcaldes juraban allí su cargo.

Otra de las asignaturas pendientes de Cangas de Onís es Santa Eulalia de Abamia, monumento nacional ubicado en Corao en el que durante siglos permanecieron sepultados los restos de Don Pelayo y los de su esposa, la reina Gaudiosa.

El templo fue abandonado en 1904. Las obras de restauración entre 2005 y 2007 y, sobre todo, la pintura aplicada en el exterior provocaron enfrentamientos entre la Administración regional (que ejecutó la obra), expertos y la Asociación Cultural Abamia. El asunto llegó a los tribunales y en el templo sólo se celebra una misa el día de la patrona.

La estela de Favila es un ejemplo, pero queda mucho que hacer en el patrimonio asturiano, aquejado de financiación insuficiente, con obras pendientes en el Prerrománico, un monasterio histórico como es Obona en ruinas y un rosario de monumentos rurales, ermitas y palacios abandonados a su suerte.

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