La palabra Cataluña se nombró muy poco ayer en Oviedo, aunque estaba implícita en todos los discursos. "Hoy es preocupante la inseguridad jurídica que estamos viendo en una región de España y estamos sufriendo sus consecuencias", aseguró Gabino de Lorenzo. El Delegado lleva treinta años acudiendo a los actos del Pilar y alimentando una admiración a un cuerpo que ha contribuido a que los índices de criminalidad sean los más bajos del país, junto con Extremadura.

Tras la torticera utilización de las cargas policiales por parte de los secesionistas, tocaba enaltecer a la Benemérita y a aquellos que han sido desplegados en Cataluña para "defender la democracia, la ley, la convivencia y el ordenamiento jurídico, y que han tenido que soportar insultos, agresiones y humillaciones". Y lo han hecho, añadió De Lorenzo, "con honor, con dignidad y con el orgullo de ser guardias civiles".

De Lorenzo adoptó un tono grave, pero optimista, al describir los últimos acontecimientos. "España vive una situación muy difícil. La conjura secesionista trata de romper nuestra vieja nación. Aseguro que, con toda tranquilidad y sosiego, firmeza y contundencia, el Gobierno de España lo va a impedir. Los secesionistas han confundido tolerancia, prudencia y serenidad con debilidad. Toda la fuerza y legitimidad del Estado se ha puesto en marcha para devolver la ley y la libertad a Cataluña. El chantaje antidemocrático y liberticida no vencerá. No lo vamos a permitir los españoles ni el Gobierno. Tampoco Europa", añadió el Delegado, quien acusó al secesionismo de traer solo "aislamiento, violencia y miseria". "Creo en una Cataluña española y europea, tierra de hospitalaria acogida de charnegos, andaluces y asturianos. Y tengo que agradecer una cosa a los independentistas. Han sido la mejor fábrica de patriotismo español. Estábamos callados y nunca más volveremos a estarlo", finalizó.

Antes, el coronel jefe de la zona de Asturias, Francisco Javier Almiñana, recordó que habían cercenado los actos festivos "por compromiso y solidaridad con nuestros compañeros". Almiñana expresó el sentimiento de los guardias, "con el corazón en vilo por la situación que atraviesa nuestra patria común e indivisible". Resaltó que los desplegados en Cataluña han ido voluntarios, algunos renunciando a vacaciones ya concedidas. "Los acontecimientos históricos que estamos viviendo, el intento de quebrar la integridad territorial de España nos produce tristeza y desasosiego, pero sentimos el apoyo del Gobierno y la ciudadanía. Me siento henchido de Guardia Civil", confesó el coronel jefe.

Discursos similares se escucharon en la comandancia de Gijón. El teniente coronel jefe, Francisco Javier Puerta, fue muy claro: "No les quiero hablar de política. Les hablo de graves y continuas conductas delictivas que se vienen cometiendo desde hace semanas y que han tenido como objetivo fuerzas y cuerpos de seguridad y sus familias", denunció. "Los que viven y trabajan en Cataluña observan con estupor cómo algunos de sus vecinos con los que han compartido momentos afables ahora les increpan, les señalan, les intimidan y les coaccionan con odio irracional. Y el resto de guardias desplazados a Cataluña, entre ellos varias decenas de esta Comandancia, sufren las mismas amenazas y coacciones por defender la legalidad constitucional y el derecho de todos los catalanes", proclamó. "Algunos parece que vieron solo cómo rabiosos policías y guardias civiles arremetían contra personas pacíficas. He observado resistencia a que se retirasen las urnas; he visto resistencia a que se identificase a las personas que constituyeron las ilegales mesas. Y la actuación del Estado ante la, digamos por ahora, relajada intervención del cuerpo policial territorialmente competente".