No pidas una sidriña (ni tardes en beber un culín)

La bebida tradicional asturiana es (casi) lo más importante del Principado. Pero hay que saber pedirla. Y beberla. Se bebe poco a poco (en culines), pero si te echan un culín tienes que beberlo en el momento. Y por cierto, pides una botella pide una "sidrina", no una "sidriña".

¿Eres asturiano? Entonces conoces a Fulanito

No, no todos los asturianos nos conocemos. Somos una comunidad pequeña (menos de un millón de habitantes) pero no todos nos conocemos. Y en extensión el Principado también es pequeño pero tampoco vivimos unos al lado de otros.

No faltes al cachopo

Muchos de los que no conocen la gastronomía asturiana dicen cosas como "¿el cachopo ese... es como un San Jacobo?". Casi mejor no te metas en esos debates. El cachopo no es como... nada, es sencillamente uno de los platos más conocidos. Tampoco te puedes meter con la fabada ni con la menestra.

En Asturias siempre llueve

No tenemos un tiempo estupendo. No hace calor ni sol todo el año pero tampoco lo necesitamos. ¿Cómo podría ser verde el Principado si no lloviera? Y, además, muchos turistas vienen aquí buscando dormir con una manta. Bienvenidos.

No, los asturianos no tenemos acento gallego

Galicia no es Asturias. Y Asturias no es Galicia. Hace unas semanas llovieron las críticas en Twitter por llamar a Asturias la Galicia B (aquí lo puedes leer) y es que eso es otra cosa que ofende dentro del Principado: ni somos gallegos (ni cántabros ni vascos) ni queremos serlo. Con nuestros "primos", eso sí, nos llevamos bien.

Vamos a aclararlo: Santa María del Naranco y el Naranjo de Bulnes

No puede ser tan difícil pero hay gente que confunde el monumento ovetense de Santa María del Naranco con el Naranjo de Bulnes, una de las montañas más conocidas de Asturias.

Pelayo (y la historia) son sagradas

En plena crisis secesionista en Cataluña la pasada semana una historiadora se metió con los asturianos (aquí lo puedes leer). Dijo que los musulmanes no habían querido invadir el reino de Asturias porque por aquel entonces en el Principado poco más había que cabras. Y se lió una gorda porque en Asturias no es bueno meterse con nuestra historia ni con nuestros reyes. Dicho queda.