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La furia del fuego en la última década: igual que arrasar Cangas del Narcea y Villaviciosa

Desde 2008 ardieron 110.000 hectáreas, la décima parte de Asturias El año en curso, con 19.000 hectáreas dañadas, es el segundo más devastador del siglo

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Desolación en el suroccidente asturiano tras los incendios

Los incendios forestales han devastado desde 2008 una décima parte de la superficie de Asturias, concretamente 109.338 hectáreas, o lo que es lo mismo, 1.093 kilómetros cuadrados de terreno. Grosso modo, es un área equivalente a los concejos de Cangas del Narcea (el mayor de Asturias, con 823 kilómetros cuadrados) y Villaviciosa, que suma por su parte otros 276. El presente año 2017 es por ahora el segundo más destructivo del siglo, y aún faltan dos meses para que acabe. Hasta septiembre se destruyeron un total de 14.056 hectáreas, a los que hay que sumar la superficie arrasada en la ola de incendios del pasado fin de semana, otras 5.021 hectáreas, según el sistema de observación por satélite EFFIS-Copernicus de la UE. Esto hace un mínimo de 19.000 hectáreas, sólo superadas por las 21.824 destruidas en 2015. Fue el año de los devastadores incendios en el Noroccidente, el 19 y 20 de diciembre, como el de Serandinas, en Boal, que arrasó más de 2.500 hectáreas.

2016 fue un buen año en lo que respecta a incendios forestales, con tan sólo 1.544 hectáreas quemadas. Aunque más cálido de lo normal, hubo muchas lluvias, por lo que no hubo posibilidad de que los fuegos se extendiesen de una forma tan pavorosa como el pasado fin de semana en el Suroccidente asturiano. Este año, los fuegos han arrasado casi doce veces la superficie de 2016.

Los tres peores incendios

El incendio registrado este fin de semana en Seroiro (Ibias), que se extendió a Cangas del Narcea y Allande, y cuya perimetración aún no ha concluido, podría superar las 2.000 hectáreas, según las impresiones de los miembros de los equipos de extinción, alcanzando en gravedad a los que se registraron en Serandinas, en 2015, y en el Valledor (Allande), éste registrado el 23 de octubre de 2011. Serían por tanto los tres peores incendios registrados en Asturias en lo que va de siglo. El registrado en Fondos de Vega (Degaña), que llegó a amenazar el bosque de Muniellos, y que obligó a desalojar las localidades de Larón y La Viliella, en Cangas del Narcea, destruyó unas mil hectáreas, según un primer cálculo a vuelapluma. Estos grandes incendios se produjeron en circunstancias muy parecidas, con fuertes vientos, superiores a los 30 kilómetros por hora, con temperaturas superiores a los 30 grados y con una humedad relativa inferior al 30 por ciento. El llamado "triple 30".

La situación ha mejorado en la región con la lluvias de los dos últimos días, mientras continúan las investigaciones de la Guardia Civil para dar con los autores de unos fuegos que son claramente intencionados. Los agentes están recopilando datos sobre los 96 incendios registrados el pasado fin de semana, con el fin de determinar sus causas y obtener datos que puedan llevar a los responsables. Toda la investigación está coordinada por la Fiscalía. La situación ha mejorado tanto que el Principado desactivó, poco antes de las tres de la tarde de ayer, el plan de incendios (INFOPA).

Un vistazo a los datos de los incendios de la última década revela que tres de cada cuatro incendios en Asturias son intencionados. Entre 2008 y 2015 ardieron 88.713 hectáreas. De ellas, 67.963 fueron por incendios intencionados. La destrucción relacionada con imprudencias y accidentes fue mucho menor: 7.741 hectáreas, por debajo del 8 por ciento. En el peor año del siglo, 2015, los incendios intencionados destruyeron 16.704,4 hectáreas, el 76 por ciento de la superficie quemada.

Desde el año 2000 se han registrado en Asturias 19 grandes incendios, con un alcance superior a las 500 hectáreas. Todos, salvo el de Piloña registrado el 26 de marzo de 2012, se produjeron en la zona occidental de la región, y catorce de ellos en el Suroccidente. De estos 19 incendios, seis superaron el millar de hectáreas. Lo que parece evidente es que Asturias tiende a sufrir incendios forestales cada vez más graves, como ocurre en Galicia.

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