Le estaban esperando. Para aplaudirle, sí, pero también para trabajar. Poreñu, "Pueblo ejemplar" 2017, tenía a sus artesanos preparados para que el Rey se pusiera manos a la obra nada más llegar a la localidad. Bajo un hórreo estaba Belisario Martínez del Valle, que no sólo mostró a don Felipe y doña Letizia alguna de las piezas artesanales talladas en madera y taracea, sino que les ofreció una de sus herramientas para que probaran a tallar. Y el Rey aceptó el reto, ante la atenta mirada de su esposa. Era sólo la primera tarea del día.

El recorrido por la localidad de poco más de un centenar de habitantes continuó hacia la calle Pueblu, para saludar en los puestos de artesanía de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Villaviciosa. Allí vieron las nueces y lino de Roberto Carneado, emocionado porque se llevaron cinco piezas de su preciado fruto; las tallas de azabache de Blanca González e Isolina Solares, con quienes la Reina conversó y les contó que ella había regalado azabache en alguna ocasión; y los higos, productos frutales, tartas y bombones que les ofreció Roberto Díaz Arce. "La Reina me preguntó con qué se hacían las tartas y les ofrecí bombones, pero no quisieron".

Unos metros más abajo estaba el mercado solidario, donde Isabel Cortina, coordinadora de la Asociación Pro Personas Discapacitadas Raitana, mostró a los Reyes trabajos realizados por sus socios y varias fotografías. Miguel Franganillo y Annabella Meana, mostraron todo el proceso de talla del azabache, desde la pieza en bruto hasta lograr una colección de diseño. Y Lola Lozano les mostró los cuadros y piezas artesanales que se pueden fabricar con taracea.

Un poco más allá, tras el cruce hacia Celada, don Felipe y doña Letizia se encontraron con la "sextaferia". Allí, Víctor Molina y Dolores Bermúdez estaban con sus vacas de tiro, "La Cubana" y "La Pastora". Y hacia ellas se fueron los Reyes, y les preguntaron para qué servía el "melene" (adorno de lana que llevan los animales uncidos). "Pa que no se mojen", respondió el ganadero.

El siguiente punto del recorrido fueron las antiguas escuelas de Poreñu, reconvertidas en la actual sede de la asociación de vecinos "La Capilla", y que acoge una exposición etnográfica con herramientas de labranza halladas en los hórreos del pueblo.

De nuevo, manos a la obra. En esta ocasión la tarea consistió en plantar un manzano, labor a la que el Rey puso entusiasmo mientras la Reina, divertida, le animaba detrás. Eso sí, después fue ella la que se animó a coger la pala y hacer los honores.

Tras descubrir en el mismo recinto la placa conmemorativa de "Pueblo ejemplar" de Asturias 2017, don Felipe y doña Letizia continuaron el recorrido hasta la fuente del Pontón, donde se encontraron con el taller de piedra. Allí les esperaba Manuel Sánchez Solares, el cantero, que también puso al Rey a trabajar, aunque haría falta mucha maña y mucha experiencia para aproximarse. "Me preguntaron qué era la piedra. Ye arenisca", contó después escuetamente.

El recorrido continuó camino de La Fontalina, para encontrarse con la exposición de ejemplares de reses vacunas galardonadas con premios del sector ganadero.

La jornada laboral agroganadera de los Reyes en Poreñu finalizó con una visita a una pomarada, aunque en este caso fueron siete niños y cinco adultos quienes se encargaron de "apañar" las manzanas, para luego exprimirlas y ofrecer a don Felipe y doña Letizia sidra y mosto de cosecha asturiana.