El Gobierno del Principado defiende su gestión en la prevención de incendios forestales en Asturias después de asegurar que "lamentablemente, no podemos acotar al pastoreo" los terrenos que han sido pasto de las llamas. La consejera de Desarrollo Rural, María Jesús Álvarez, ha dicho eso esta mañana en la Junta, evidenciando la distancia que separa en este punto al Ejecutivo del grupo parlamentario socialista, que apoyó la modificación de la ley de Montes para suprimir esos acotamientos. Álvarez anunció además la pretensión de su departamento de pedir auxilio al Gobierno central "en la restauración hidrológica y forestal" de la superficie afectada, así como a los gobiernos autonómicos de Castilla y León y Galicia, "porque debemos trabajar juntos en atender las necesidades inmediatas de riesgo de erosión y abordar junto a ellas de forma integral la problemática de los grandes incendios incendios, cada vez más frecuentes en el noroeste y con consecuencias cada vez más devastadoras", ha argumentado. Para la reclamación de los daños asegurados, su propuesta es "canalizar esas demandas a través de la Delegación del Gobierno y queremos contribuir a los que no están en esa situación", apunta. En su defensa de su actuación preventiva, Álvarez recontó que este año su inversión asciende a más de tres millones de euros en "actuaciones de silvicultura preventiva, ordenación y consolidación forestal", que hay que sumar otros dos millones en subvenciones a empresas y propietarios forestales y añadir que "la prioridad y el reto es ser capaces de afrontar la pérdida de suelo quemado por erosión. Tenemos que adoptar las medidas necesarias para evitar su destruccion total" entre las que no se cuentan, "lamentablemente", concluyó los acotamientos al pastoreo. Álvarez hizo estas manifestaciones a preguntas de la diputada de Foro Carmen Fernández y escuchó asimismo la crítica de la parlamentaria de Podemos Paula Valero, que acusó al PSOE de seguir siendo en esta materia "la estela del PP" y de rebajar con la modificación "inconstitucional" de la ley de Montes el nivel de protección de los montes. "Si no hay periodo de duelo en la tierra humeante, para que pueda estar tranquila, ¿no es un mensaje peligroso?", se preguntó, "¿como decir que no pasa nada? Quizá sea pronto para establecer una relación causal entre las oleadas incendiarias y la reforma inconstitucional de la ley", añadió, "pero sí es posible relatar la crónica de la relación entre el abandono rural y las políticas agrarias diseñadas hace treinta años".