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Los asturianos de más de 30 años vuelven a la Universidad forzados por la crisis

Más de 5.000 graduados se matriculan de nuevo para aumentar sus posibilidades de inserción laboral

Los asturianos de más de 30 años vuelven a la Universidad forzados por la crisis

El mayor convencimiento acerca de la necesidad de formarse a lo largo de toda la vida y las exigencias de un mercado laboral cambiante han llevado a que el número de personas mayores de 40 años que se matricula en las universidades españolas en estudios de posgrado haya aumentado casi un 73% en los últimos cinco cursos, debido principalmente a la necesidad de mejorar la cualificación profesional, ya sea de los trabajadores en paro o empleados. Solo en la Universidad de Oviedo son casi 2.500 personas quienes deciden volver a las aulas, bien sea para realizar un grado, un máster o estudios de doctorado, superada la treintena y cerca del millar solo en la franja de edad en que ya han cumplido las cuatro décadas de vida. Entre 35 y 39 años hay otros 433 alumnos mientras que en la franja entre 30 y 34 , la de los alumnos que ya deberían haber vivido su primera experiencia laboral pero que por las circunstancias del mercado de trabajo no han tenido esa oportunidad, hay otras 1.096 matrículas en la Universidad asturiana.

Dice el Rector, Santiago García Granda, que sería "un tanto aventurado" sacar conclusiones sobre las motivaciones del estudiantado de más de 30 años que cursa estudios de grado, máster o doctorado. "Máxime cuando, según las distintas titulaciones, las circunstancias son también diferentes", apunta. No obstante, las estimaciones del equipo rectoral sobre esa nueva realidad se orientan, por un lado, hacia la crisis económica, "que fue devastadora, con muchas personas que desgraciadamente perdieron sus trabajos". En dicha situación de incertidumbre, apunta el Rector, hubo gente que decidió sacar rendimiento del "paro forzoso" completando su formación e iniciando nuevos estudios que a su vez ampliasen sus posibilidades de inserción laboral. Otras personas no están en el paro pero, continúa García Granda, bien porque actualmente desempeñan trabajos que no les satisfacen o bien porque quieren progresar en su posición profesional, han decidido compaginar trabajo y estudios universitarios, para reorientar su carrera a corto y medio plazo. Existe un último perfil, abunda el Rector, de personas que en su día no pudieron acceder a la Universidad por diversas razones y que ahora quieren hacerlo, aunque son los menos.

La preferencia en grado, en la franja de edad entre 30 y 34 años, se orienta hacia los estudios Derecho, Maestro de Primaria, Enfermería, Administración y Dirección de Empresas (ADE), Medicina, Biología, Ingeniería Informática del Software y Relaciones Laborales. La tendencia entre 35 y 39 años se centra en la misma línea, ocupando los estudios de Derecho la primera posición acompañada de Magisterio y Medicina. Quienes superan las cuatro décadas continúan eligiendo Derecho como primera opción junto a Gestión y Administración Pública (en su versión online), Enfermería, Medicina, Fisioterapia y Relaciones Laborales.

En el grupo de doctorado, que normalmente forman parte de la élite llamada a la investigación y a la docencia universitaria, que se supone que ya han vivido una primera experiencia profesional, cuando lo habitual es que los doctores cuenten con una incipiente trayectoria laboral. No es el caso de la Universidad española. Estefanía Núñez Bajo tenía claro cuando finalizó los estudios de Química que quería dedicarse a la investigación. Alargar su formación más allá de la treintena no es una opción, sino una obligación. "Si quieres hacer carrera investigadora, el doctorado es una obligación, no una opción", sostiene esta joven química en la treintena que ha completado ya el proceso de lectura de su tesis doctoral. Con dos estancias en Harvard, el pasado enero se inscribió en las listas del paro.

Por ello, no es de extrañar que ante el mayor envejecimiento de la población y las exigencias del mercado laboral, se opte a partir de los 40 años por seguir estudios de posgrado, indica el secretario de Universidades de la Federación de la Enseñanza de CCOO, Julio Serrano. En esa etapa la mayoría de los países, los estudios relacionados con las ciencias naturales, TIC, ingeniería y matemáticas (conocidos como campos STEM), son menos atractivos para la formación de posgrado. En el doctorado son mayoría quienes realizan investigaciones humanísticas, posgrados de Historia de Arte y, los menos, Ingeniería Ambiental. Biomedicina y Ciencias de la Salud.

Las diferencias de género, en todos los casos, son acusadas. Así, se observa que los hombres son más propensos a estudiar Ingeniería, Producción industrial y Construcción (31%) y, en cambio, estos estudios solo los cursaron un 7% de mujeres. También se observan desigualdades de sexo importantes en Formación del Profesorado y Ciencias de la Educación y en Salud y Bienestar, en cuyos estudios la proporción de mujeres supera en más del doble a la de hombres.

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