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Amigos de la Manzana pide que conste en la botella de sidra el origen del fruto

El Serida y Campoastur aconsejan aplicar técnicas de aclareo o plantar variedades menos veceras para regular la producción de los pumares

Manzana asturiana de Cornellana, en Sidra Viuda de Palacio (Siero). M. M.

Los llagares "tendrían que indicar en la etiqueta de dónde procede la manzana con la que se ha elaborado esa sidra". Es la propuesta que lanza el Club Sierense de Amigos de la Manzana para defender el fruto asturiano. "Es algo lógico, como ocurre con todos los productos", argumenta su presidente, David Menéndez, que ve en el consumo de la bebida de Denominación de Origen Protegida otra solución para frenar la importación de manzana foránea y que como este año, por el excecente de cosecha, quedará mucha pudriéndose porque los llagares están saturados.

Un remedio que proponen los bodegueros es controlar la vecería del árbol y regular las cosechas porque un año sobra fruta y otro escasea. Es entonces cuando se importa materia prima y luego los empresarios se ven comprometidos cuando hay manzana de sobra en Asturias.

"Sería posible reducir de forma notoria estas oscilaciones, pero supone llevar a cabo actuaciones que implican tener la maquinaria necesaria; eso tiene sus costes, y cierta preparación", explica Enrique Dapena, responsable del programa de Investigación de Fruticultura del Serida. Han trabajado para disponer de variedades con una genética favorable a una producción más regular, lo que "en un futuro facilitará que haya menos vecería y reducir los costes de producción de modo importante".

En las plantaciones ya existentes, Dapena recomienda realizar una poda que facilite una reducción de puntos de floración y fructificación en los años en que se espera mayor cosecha. Al mismo tiempo se debe incrementar la fertilización y, complementariamente, realizar aplicaciones de aclareo de flor o de fruto, que permitan reducir el exceso. Pero, además, Dapena aconseja plantar los árboles en dos años consecutivos, especialmente en el caso de fincas grandes, para que las producciones se repartan más fácilmente en dos años y no se concentren en uno.

En Campoastur llevan ocho años investigando para controlar la vecería, destaca su director técnico de producción vegetal, Jorge García. Agrega que estas técnicas de aclareo ya las están aplicando y, al igual que en los ensayos, "se ven los resultados". Consiste en el uso de fitohormonas naturales para regular las cosechas, pero "no tiene una recompensa a nivel individual, tiene que ser una práctica colectiva". De nada sirve que sólo la pongan en práctica unos pocos cosecheros y el resto no, sostiene. "Son técnicas que se tendrían que extender y poner en práctica", recomienda. Este tratamiento se aplica en junio, cuando el fruto tiene el tamaño de una avellana y se realiza en función de las variedades. Tira el exceso de fruta y la que queda, engorda más. El problema es que es caro. Además de los aclareos hay que podar y abonar, apunta García.

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