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Las cámaras que ven dentro del coche empiezan a sancionar en Asturias entre dudas legales

Juristas y conductores auguran un aluvión de recursos contra las multas, de hasta 200 euros

Las cámaras que ven dentro del coche empiezan a sancionar en Asturias entre dudas legales

Las ocho cámaras de tráfico que captan imágenes en el interior de los coches, para comprobar si el conductor lleva el cinturón puesto, ya están en funcionamiento desde hoy, una vez superado el periodo de prueba de los dispositivos. Los artilugios permitirán obtener imágenes por las que podrán imponerse sanciones de hasta 200 euros y la detracción de tres puntos del carné. Sin embargo, este sistema nace con grandes fuertes críticas, y tanto conductores como juristas vaticinan que generará una cascada de denuncias, por la misma ausencia de garantías jurídicas que ha echado para atrás numerosas sanciones de los fotorrojos o los radares.

Y es que, según Mario Arnaldo, de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), las mayores dudas vienen por el control metrológico, como ocurrió con los soportes de los radares de Oviedo. "Nadie garantiza la validez de esta prueba ni su inalterabilidad. Se trata de un software que identifica el pixelado de una fotografía y lo compara con un patrón definido, lo que puede dar lugar a grandes errores", señala Arnaldo. "No ofrece ninguna garantía ni tiene validez jurídica como prueba", añade. Pero es que además, con este método, "se pierde el efecto pedagógico de la multa, ya que evita la amonestación por parte del guardia de Tráfico. Se está eliminando la presencia física de la Policía y sustituyéndola por máquinas", cree Arnaldo.

El abogado Luis Moreno, que consiguió que se revisasen los radares de Oviedo porque no había un control metrológico de los soportes de los aparatos, indicó por su parte que este sistema tiene "bastantes rendijas" desde el punto de vista jurídico. "Les aconsejaría que miren por el respeto de normativas como la ley de Protección de Datos", indicó. Además, cree que puede haber muchos fallos en la captación de imágenes.

El despliegue de las ocho cámaras de Tráfico se circunscribe sobre todo a la autopista "Y", la Autovía del Cantábrico y la Variante de Avilés, como se ve, en su mayoría vías de alta ocupación sin mucha siniestralidad, y ello pese a que la Dirección General de Tráfico indicó que al menos un 60 por ciento de las mismas se establecerían en carreteras convencionales.

Tráfico dice que las imágenes captadas por las cámaras estarán sometidas a un severo control de calidad. Se enviarán diariamente al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas, donde en un primer momento un software específico revisará cada una de las fotos, monitorizando automáticamente, mediante técnicas de visión artificial, el uso del cinturón de seguridad. El propio software descartará aquellas en que el conductor sí usa el cinturón.

Las imágenes en las que el software no identifique el cinturón de seguridad serán revisadas manualmente por dos operadores, que descartarán las dudosas. Después del visionado manual, la imagen será enviada a la Jefatura de Tráfico, donde se volverá a comprobar manualmente para posteriormente iniciar el procedimiento sancionador.

El titular del vehículo recibirá en su domicilio un requerimiento para que identifique al conductor que aparece. En caso de que en la fotografía aparezca un copiloto, se pixelará la cara del mismo, para que dicha persona no sea identificada. Una vez identificado el conductor, se procederá al envío de la denuncia. En caso de no identificar al conductor, se iniciará un nuevo expediente que puede llevar a una sanción de 600 euros.

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