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La inestable mayoría de la cooficialidad del asturiano

El reparto de escaños en la Junta permite aprobar ahora la reforma del Estatuto, pero cabe que una minoría pueda bloquearla a partir de 2019

La inestable mayoría de la cooficialidad del asturiano

El debate sobre la cooficialidad del asturiano ha llegado con firmeza y para quedarse en el Parlamento asturiano. "Por primera vez hay una mayoría parlamentaria favorable a dar la máxima protección a la llingua", reconocen fuentes del PSOE, Izquierda Unida y Podemos. Y esa lectura de una nueva mayoría ha sido posible después de que los socialistas, en el último congreso regional que aupó como secretario general a Adrián Barbón, decidiesen incorporar la cooficialidad como un elemento de su ideario. De ahí, que no haya duda de que esa reivindicación entrará en el programa electoral socialista para los comicios de 2019. Pero, ¿seguirá siendo posible entonces?

Sería ingenuo negar que la cooficialidad es un asunto espinoso. Lo es incluso para buena parte de los socialistas, que hasta ahora han limitado su discurso a señalar que lo idóneo es regular la protección del asturiano a través de la ley de Uso. Esa es la alternativa jurídica a una cooficialidad declarada en el Estatuto de Autonomía, que tendría unas implicaciones ineludibles para la Administración, aunque seguiría permitiendo máximos y mínimos en su aplicación.

El Partido Popular y Ciudadanos no son partidarios de la cooficialidad y Foro se sitúa en una posición intermedia en la que vincula su respaldo a la existencia de una "mayoría social y política" favorable. El ejemplo de esa ambigüedad se ha visto estos días. Al tiempo que Carmen Moriyón respaldaba en Gijón una petición para exigir (sin plazos) el camino de la cooficialidad, el partido criticaba en la Junta General a Izquierda Unida por "instrumentalizar" el asturiano al presentar sus conclusiones de la comisión y urgir la reforma estatutaria para plantearla en lo que queda de legislatura.

El resultado neto de la polémica es el siguiente. El PSOE ha dejado claro que no habrá avances por la cooficialidad en esta legislatura (una condición férrea del gobierno de Javier Fernández), pero ha fijado un plazo para abordarla: será antes de 2023 en el peor de los casos. Eso ya es una exigencia a la que los defensores de la llingua pueden aferrarse. Podemos tampoco es partidario de tensar demasiado la cuerda para evitar que pueda interpretarse como una medida polémica. "Es un asunto al que hay que incorporar también a la derecha, planteando que la cooficialidad es una oportunidad de protección de la llingua pero buscando el máximo consenso a la hora de regular por ley en qué se concreta", señalan fuentes de los morados.

Así las cosas, lo lógico es creer que la próxima legislatura será aquella en la que la mayoría parlamentaria de izquierdas aborde la cooficialidad y la saque adelante. No tan rápido. ¿Qué garantías hay de que a partir de 2019 el arco parlamentario seguirá manteniendo esa mayoría?

El Estatuto de Autonomía asturiano regula cómo debe llevarse a cabo su reforma. El título VI, en el artículo 56 establece, en primer lugar, que "la iniciativa corresponderá a una cuarta parte de los miembros de la Junta General, a dos tercios de los municipios asturianos o al Consejo de Gobierno, así como al Gobierno y a las Cortes Generales del Estado". Bastarían pues 12 diputados de los 45 que componen el parlamento asturiano para iniciar el proceso. Con el mapa político actual, ese primer paso podrían impulsarlo ya lo tres partidos de izquierdas, Podemos e IU juntos o el propio PSOE en solitario. Pero eso ya no parece estar sobre la mesa.

"El proyecto de reforma será aprobado por la Junta General del Principado por mayoría de tres quintos de sus miembros, y sometido ulteriormente a la aprobación de las Cortes Generales como Ley Orgánica", reza el segundo apartado del mismo artículo del Estatuto del Principado.

Esa mayoría existe ahora. El PSOE (14 diputados), Podemos (9) e Izquierda Unida (5) ya suman 28 de los 27 parlamentarios necesarios para aprobar una reforma estatutaria. Cabría incluso creer que Foro no se opondría en ese escenario. Pero ¿qué ocurrirá a partir de 2019? Ese equilibrio favorable a la cooficialidad por un diputado podría estar en discusión.

Las últimas encuestas parecen señalar un hipotético aumento de votos hacia Ciudadanos y una pérdida de respaldos en Podemos. Además queda por despejar si el Partido Popular y Foro concurrirían a las autonómicas en una coalición, aunque esta decisión no tendría que afectar a la autonomía de criterio de voto de los parlamentarios de cada formación. Pero la balanza está muy ajustada. Si el PP, Foro y Ciudadanos la inclinasen al otro lado constituyendo una minoría de bloqueo (recuérdese que la diferencia es de solo un diputado), el camino presuntamente allanado para la cooficialidad se volvería más tortuoso. En ese escenario, Foro podría incluso cuestionarse si quiere ser quien resulte decisivo para la cooficialidad, un asunto que no genera unanimidad entre su espectro de votantes.

"Es un momento histórico y habría que aprovecharlo", han dicho estos días algunas voces del asturianismo. Ahora, con la cooficialidad aplazada a la próxima legislatura, tendrán que cruzar los dedos.

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