Javier Fernández dedicó una buena parte de su discurso a las consecuencias que acarreará para Asturias la crisis de Cataluña y las reformas que vendrán como respuesta, por ejemplo la de la financiación autonómica. "Queda claro que es mucho lo que nos jugamos", argumentó, anticipándose a los reproches que le lanzó IU por "dedicar diez páginas a Cataluña pero sólo diez líneas al asturiano", según denunció su coordinador, Ramón Argüelles.

El encaje de Asturias en la España constitucional dio pie a Javier Fernández para sacar uno de los asuntos en los que se siente más a gusto, el del modelo territorial, marcado en el último año por el desafío del independentismo catalán. "Ni Cataluña nos es ajena ni los cambios que pueda arrastrar nos resultan indiferentes", señaló el presidente del Principado para luego afirmar que "callar, bajar la mirada, renunciar a tener voz sería impropio de una comunidad que sabe cuál es su papel en un Estado social y democrático de derecho". No ocultó Fernández su "sorpresa" por los años de "silencio" en los que se incubó la crisis catalana. "Hablo de las omisiones y del desinterés también aquí, en Asturias, incluso en este parlamento", subrayó el que fuera presidente de la gestora socialista y que precisamente había fundamentado en la amenaza independentista una de las razones poner fin a la interinidad en el Gobierno de España hace poco más de un año.

"Lamento decirlo, pero ese silencio, esa omisión, fueron espesos, tangibles casi. Ha habido que esperar al desbordamiento, al estallido de la fractura para, ahora sí, tomar conciencia de que esto iba en serio y nos afectaba directamente", cuestionó Javier Fernández, que tampoco dejó pasar la ocasión de lanzar un mensaje con destinatarios varios: "¿Por qué incomodaba hablar de esto? ¿Qué sentido tiene ese discurseo encapsulado, más propio de crisálidas que de una comunidad de madurez política y social acreditadas?", preguntó antes de mandar otro recado a la bancada podemista al reseñar que "en esta tierra se sabe muy bien qué es ser preso político".

El Presidente defendió en la sesión el apoyo "sin jerigonzas ni meandros (...) a la restauración del orden constitucional, abiertamente quebrado en Cataluña". Luego, Fernández se adentró en el terreno del augurio, de los riesgos que entrañan para Asturias las reformas constitucionales que habrán de dar respuesta a la crisis catalana. "La alerta es obligada", proclamó el Presidente, ante "las promesas y alternativas que se van a conjugar para procurar una solución" en la inminente campaña electoral.

Cambio en el modelo de financiación. Javier Fernández apuntó la teoría de que la reforma constitucional vendrá "precedida de un cambio en el modelo de financiación y que, en buena medida puede prefigurarla y condicionarla".

La posición de Asturias. La garantía de "un nivel de prestación equivalente" es prioritario porque "la sanidad, la educación y los servicios sociales en Asturias dependen de esa cuestión", señaló el presidente del Principado.

Peligros potenciales. El riesgo de que las diferencias culturales o de renta se traduzcan en la nueva financiación en "diferentes" derechos económicos o sociales fue una de las advertencias realizadas por Fernández. "Se estaría afectando al corazón mismo del sistema democrático", resaltó.

Competencia entre regiones. Otro de los temores del Presidente es la posibilidad de que se acentúe la competencia fiscal entre regiones, en detrimento del "sistema cooperativo y solidario que defiende e l gobierno asturiano" en la futura financiación.