La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La dependencia de la tecnología puede producir enfermedades heredables, según expertos

Profesores universitarios apuntan a una humanidad ciborg y más estresada

La dependencia de la tecnología puede producir enfermedades heredables, según expertos

"El mito del progreso tecnocientífico se ha convertido en dogma y quien no se avenga a ello es un hereje", defiende el profesor de la Universidad de Valladolid, Juan R. Coca, quien subrayó ayer, en el transcurso de una jornada sobre la robotización en el trabajo organizada por la cátedra Asturias Prevención de la Universidad de Oviedo, que la sociedad ciborg es ya una realidad. "Vivimos en telépolis y tecnópolis donde la robótica y la inteligencia artificial se considera que tienen un futuro espectacular", mencionó el docente universitario pero la vivencia actual es que "la mayoría de los robots son aparatos sin apariencia humana que no cumplieron con el imaginario de películas como 'Blade Runner' o 'Matrix' y la inteligencia artificial se ha convertido para algunos en uno de los mayores fiascos". Entre los defensores de uno y otro lado -los "tecnófobos" y los "tecnófilos", según Roca- existe un punto intermedio, que une cambio tecnológico y cambio social para impulsar el nacimiento de una sociedad ciborg, todavía en estado "muy primario", según los expertos, pero que lleva al ser humano a "estar rodeado de elementos maquinales". Su introducción en todos los ámbitos de la vida cotidiana nos llevar a estar "constantemente alterados", advierte Coca, "y eso va a más".

La expansión de la robótica llevó al catedrático de la Universidad de Granada, José Juan Cañas, a abordar cómo los robots pueden ser también causa de accidentes. Y de generación de cuadros de ansiedad, insisten los expertos. "Las tecnologías aumentan el nivel de estrés porque se cree que el robot va a hacer el trabajo del humano y aunque cometa errores no se cansa ni necesita ir al aseo", prosigue Coca, "eso hace que nuestra sociedad tenga niveles de estrés enormemente elevados; somos ciborg pero no deja de aumentar el estrés". El profesor de la Universidad de Valladolid pone el ejemplo de un trabajador que a las doce de la noche recibe un WhatsApp del jefe que hace que automáticamente se ponga ya en guardia, aumentando también la ansiedad de ese profesional. A futuro, los expertos aprecian riesgos "enormemente altos" para la salud humana relacionados con enfermedades epigenéticas, que provocan cambios heredables en un corto período de tiempo. "Necesitamos ser conscientes de que el devenir (tecnológico) de nuestra sociedad puede ir contra nosotros mismos", augura el profesor de la Universidad de Valladolid.

Sin ánimo de ser fatalista, Juan R. Coca, advierte de que el problema de la tecnología es el estrés que genera, y eso, continúa diciendo, deriva en cáncer, arterioesclerosis y envejecimiento. "También puede modificar la expresión génica del sistema nervioso central", agregó el docente universitario.

Los sociólogos aspiran a hallar una solución para gestionar socialmente la implantación masiva de los robots y comenzar a ser conscientes de las consecuencias del diseño de nuevas máquinas. En este sentido, Juan R. Coca recordó que Sócrates se llevó una gran decepción con la aparición del libro porque lo consideraba algo demoniaco. ¿La razón? Porque no podía establecer un diálogo con el libro. Hoy, detalló el profesor de la Universidad de Valladolid, "la mayor limitación para la interacción entre el hombre y la máquina es la falta de una base común pero la máquina no se asemeja a un ser humano sino a ella misma".

Compartir el artículo

stats