La psicología explica con profusión de teoría por qué resulta tan difícil para las mujeres abandonar una relación gobernada por la violencia. Por eso se despliega de modo tan notable la lista de recursos y alternativas que instituciones públicas y entidades privadas ponen al servicio de las víctimas. A la pregunta que cuestiona qué hacer frente al maltrato las respuestas se bifurcan en dirección al auxilio psicológico, al refugio y a la tutela jurídica o policial. En Asturias, a lo largo de estos años de trágica escalada feminicida han ido articulando mecanismos de respuesta el Instituto Asturiano de la Mujer, los quince centros asesores promovidos por el Principado y gestionados por ayuntamientos y mancomunidades y repartidos por toda la región, la administración central a través del teléfono permanente de atención a las víctimas (016), las asociaciones de mujeres o la red de casas de acogida y viviendas tuteladas, con sus centros de Oviedo y Avilés y el Centro de Atención Integral a Mujeres, de titularidad autonómica y radicado en Gijón. Del auxilio psicológico se responsabiliza la unidad de atención psicosocial, adscrita al área de Salud Mental del Servicio de Salud del Principado; la orientación jurídica específica es tarea asignada a las oficinas de asistencia a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual, con sedes en Oviedo y Gijón, así como al turno de oficio de violencia de género, tutelado por los colegios de abogados.

Desde la esquina de las fuerzas y cuerpos de seguridad, la Policía protege a desde su Servicio de Atención a la Familia (SAF), tres unidades radicadas en Oviedo, Gijón y Avilés; la Guardia Civil, desde las oficinas de Oviedo y Gijón del Equipo de Mujer y Menor (Emume). Los servicios sociales municipales gestionan además el Servicio de Atención y Protección para víctimas de la violencia de género (Atenpro), que les facilita un dispositivo móvil mediante el que aquellas mujeres que hayan sufrido maltrato y no convivan con sus agresores pueden entrar en contacto en cualquier momento con un centro atendido por personal especializado.

El ejemplo del Ayuntamiento de Siero ofrece una lista extensa de acciones de prevención y sensibilización, atención y asesoramiento a las víctimas , así como de promoción de la participación de las mujeres del municipio en la vida social, cultural o deportiva del concejo.

En Oviedo, la Casa de Acogida es el principal recurso del Ayuntamiento para atender a las víctimas de la violencia machista. Está concebida como un puente entre una situación de urgencia y una alternativa de vivienda normalizada y depende de la Concejalía de Atención a las Personas e Igualdad. Ofrece acogimiento a aquellas mujeres, con o sin hijos, que carecen de los apoyos necesarios para afrontar la situación a las que las ha abocado su agresor y les proporciona apoyo para facilitar su integración social. A lo largo del último año, la Casa de Acogida de Oviedo ha dado albergue a 144 personas, 67 mujeres y el resto niños, los hijos que las acompañaban en su huida.

Desde el Centro Municipal de la Mujer se dirigen los programas de atención personal a las mujeres y los niños que son víctimas de la violencia machista. 353 mujeres han recibido asesoramiento psicológico de los profesionales del Centro y 761 han recurrido a los asesores jurídicos.

La concejala de Atención a las Personas e Igualdad, la socialista Marisa Ponga, sostiene que "las mujeres que acuden a pedir ayuda son una minoría respecto a las que sufren, a diario y en el silencio de sus hogares, la violencia en forma de insultos, agravios, menosprecios, humillaciones, golpes y todo aquello que acaba por destruir a la persona su dignidad y su vida; y no digamos el enorme silencio de las niñas y los niños que viven con los agresores".

El Ayuntamiento de Oviedo impulsa actividades de sensibilización en colegios e institutos contra el maltrato. Además, los niños que asisten a las Aulas Infantiles de Apoyo Familiar y Escolar están redactando la "Guía de juegos de los buenos tratos".