Los responsables sanitarios y los médicos apostaron ayer en Oviedo por una incorporación de tecnologías y fármacos a la sanidad pública basada en la garantía de que aportan "valor añadido", y por abandonar las prácticas "obsoletas" cuyo empleo ha dejado de estar justificado. El marco de estas reflexiones fue el debate organizado por el Colegio de Médicos de Asturias bajo el título "Sostenibilidad e innovación: ¿son compatibles?". El coloquio fue moderado por el presidente colegial, Alejandro Braña.

"Lo determinante de una innovación es que mejore lo que ya tenemos, y que se juzgue su valor añadido, no simplemente los costes iniciales de su incorporación", argumentó Andrés Íñiguez, presidente de la Sociedad Española de Cardiología. El consejero de Sanidad de Canarias, José Manuel Baltar, criticó la "falta de transparencia" de la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos y subrayó la necesidad de que "lo que innovemos esté evaluado y sepamos que produce resultados en salud". A juicio del consejero de Sanidad del Principado, Francisco del Busto, "no todo lo nuevo aporta", y la cuestión es "determinar qué cosas nuevas hay que hacer y qué cosas hay que dejar de hacer porque se han quedado obsoletas".