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Me quedo en el pueblo | El Pitu (Cudillero)

Nuevo comienzo en la tierra familiar

Ana Álvarez, licenciada en Magisterio, trabajaba en un centro comercial, pero decidió dejarlo todo para emprender un negocio de turismo rural

Nuevo comienzo en la tierra familiar

"Yo no soy nadie para recomendar a los demás si es bueno o malo emprender en el campo. Eso sí, si crees en algo, tienes que ir a por ello. A veces te quedas sin opciones y es la vida la que te lleva a escoger un camino determinado. La cuestión es dar ese paso adelante y luego mantenerte y luchar por ello". Así opina Ana Álvarez Álvarez, quien en el año 2015 adquirió los apartamentos "Cudillero" en El Pitu (Cudillero), tras experimentar un cambio importante de vida que la llevó a volver definitivamente a su tierra familiar para establecerse al frente del negocio.

Estudió Magisterio y Educación Musical. Le falta un año para terminar su licenciatura en Historia de la Música. "Apenas llegué a ejercer como maestra, salvo unos días que me llamaron para una sustitución. Trabajé dando cursos de formación en una empresa de transportes y finalmente obtuve una plaza como dependienta en la sección de librería de unos grandes almacenes en Avilés y allí trabajaba a turnos", recuerda ella. Vivía en Salinas, pero solía acudir bastante a Cudillero, donde están sus raíces familiares. "Mi hijo ha ido siempre al colegio público de Cudillero y he contado con mis padres para echarme una mano, como hacen tantos padres. Ellos siempre han sido un gran apoyo para mí", recuerda esta emprendedora, quien, tras su divorcio, decidió que afrontaría su nueva vida con algún proyecto que la permitiera comenzar de cero, pero ya en el mundo rural y en la tierra que le vio nacer, como ella misma confirma: "Yo soy pixueta de los pies a la cabeza. Nací en casa de mi güela, calle Suárez Inclán, letra U", matiza. "Me surgió la oportunidad de coger estos apartamentos cuando me enteré de que se vendían. Dejé todo atrás, hablé con bancos para lograr los créditos y finalmente pude hacer realidad mi proyecto en marzo de 2015", señala esta emprendedora que ha aprendido a llevar el negocio "con los consejos de quienes antes regentaban estos apartamentos además de cuanta información busco por mí misma", matiza. Tras casi tres años el balance es satisfactorio, pero también se sincera sobre los momentos en que echa de menos la vida urbana. "Vivo más tranquila, me gusta el contacto con la gente que viene; me gusta dar largos paseos o bajar al pueblo y charlar con los vecinos, pero tampoco voy a negar que en alguna ocasión echo de menos quedar con las amigas; pero vamos, nada que no arregle cogiendo el coche y yendo a Avilés o a Oviedo cuando se puede. Por lo demás, estoy encantada".

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