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Oricios hasta en verano: las islas Azores nutrirán a los bares ante la escasez local

La cofradía de Gijón planea para marzo la primera descarga de erizos en el aeropuerto asturiano: "Las sidrerías se volverían locas por venderlos en agosto"

Ataúlfo Blanco, ayer, con una caja de oricios en la barra de su restaurante. MARCOS LEÓN / A. G.

El aeropuerto de Santiago del Monte podría ser el nuevo caladero de oricios de Asturias. La cofradía de Gijón mantiene contactos con empresarios de las Azores para importar erizos de mar pescados en las islas lusas ante la escasez local. La idea sería cargar contenedores de equinodermo en aviones para abastecer durante todo el año a los hosteleros de la región. "Estoy seguro de que los bares se volverían locos por tener también oricios en agosto", asegura el presidente de la cofradía, Alejandro Fernández, que en marzo realizará "la primera prueba". "Que funcione o no dependerá de que los empresarios asturianos colaboren y asuman el riesgo inicial", apunta. De momento, la veda en la región obliga a las sidrerías a buscar género en Galicia y a recortar en consecuencia los márgenes de beneficio. La comunidad vecina ha subido otro año más los precios.

"El margen se nos va cerrando: este año el kilo nos cuesta 9,10 euros, cuando el anterior nos valía 7. Pero no podemos repercutirlo todo en el consumidor, mantenemos la docena a 16 euros", explica Armando Rodríguez, responsable de la sidrería gijonesa El Globo. "Dan mucho trabajo para el beneficio que dejan", asegura Ataúlfo Blanco, al frente de Casa Ataúlfo, en donde la docena -aproximadamente 1,3 kilos- cuesta también 16 euros. Los hosteleros creen que los mayoristas gallegos están aprovechando la veda en Asturias -queda otro año más- para incrementar los precios en un momento en el que la demanda francesa no para de aumentar.

La calidad del equinodermo que se sirve en las mesas asturianas es "bueno", según los profesionales, aunque "como el regional no hay otro". El gallego, precisa Armando Rodríguez, "es más dulce, mientras que el del Principado tiene un sabor menos agresivo y por dentro es más blanco". Dejando a un lado las diferencias, el oricio de este año es "sabroso" y se vende con éxito en las sidrerías. Eso sí, "la fiebre por los erizos de mar ya no es la que era", señala Ataúlfo Blanco. "Esa obsesión por comerlos bajó. No obstante, en este puente calculamos vender unos 100 kilos", apunta. "Mientras que hace 22 años liquidábamos 175 kilos en un solo viernes, ahora en los mejores días sacamos 60 o 70", añade Armando Rodríguez.

Recuperar la pasión

La Cofradía del Oriciu de Gijón quiere recuperar ese furor con equinodermo luso. "Lo tendríamos más cerca: en Santiago del Monte en vez de en Galicia", resalta el presidente del colectivo, Alejandro Fernández. Y encima habría erizos en los chigres tanto en invierno como en verano, coincidiendo con la explosión de turistas. "Por las condiciones climatológicas de las islas, allí hay todo el año oricios. Yo los comí en pleno julio", destaca. La primera mercancía está previsto que llegue al aeropuerto de Asturias en marzo de 2018, con la intención de hacer una presentación de los oricios de las Azores -el archipiélago enclavado en medio del océano Atlántico- y que los hosteleros los prueben. "Yo estoy convencido de que puede funcionar. No sólo es interesante para los bares, sino también para las fábricas de conservas. Ahora estamos negociando los precios, pero en principio sería un euro por kilo siempre y cuando sea un trayecto directo", expresa.

La idea de nutrirse de ejemplares de las islas lusas surgió de un viaje que hizo el pasado verano la cofradía gijonesa para mostrar a la población su aprovechamiento gastronómico. Las Azores son una mina de oricios, que, sin embargo, actualmente se encuentra desaprovechada tanto por falta de costumbre de capturas como por su menosprecio culinario. "Nos llamaron para participar en un festival de productos de la mar en Rabo de Peixe, el puerto más importante, y mostrar nuestra cultura del oricio. Les hice canapés, revueltos con algas y una crema, que fue lo que tuvo más éxito", cuenta Alejandro Fernández. Durante ese viaje, el cofrade mayor conoció a exportadores, con los que ultima la ruta del oricio entre las Azores y Asturias.

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