El general de división Francisco Rosaleny se mostraba ayer contento de regresar a Asturias seis años después de dejar el mando del Regimiento. Ahora, al frente del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, asegura que "los retos son muchos", pero sobre todo continuar el trabajo de su antecesor, quien "consolidó legislativamente la estructura y los cometidos" de esta organización. "Ahora lo que me toca es cumplir lo que está escrito, materializarlo y potenciarlo", indicó el general de dos estrellas. Hace unos meses, el Centro de Inteligencia planteó la posibilidad de que las Fuerzas Armadas contribuyesen a la seguridad de determinadas infraestructuras ante la amenaza del terrorismo yihadista. Esta posibilidad no sería nada raro, entiende. "Nosotros, entre nuestras misiones, tenemos previsto, si así lo pide el Gobierno, el reemplazar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en determinados cometidos que se pidan. Esta sustitución sería en aquellos sitios donde necesitan que se les desahogue para realizar otras misiones", indicó. Aunque esta opción ha sido solicitada por asociaciones de la Guardia Civil como UniónGC, el Gobierno no lo estima oportuno por el momento.