La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La malograda Fortuna de Turón

El pozo cuyo nombre es sinónimo de suerte cayó en desgracia y acogió un negro capítulo al ser empleado como fosa común en la guerra civil

Una persona muestra un décimo del sorteo de ayer en el entorno de Fortuna. J. R. SILVEIRA

Por mucho que invoquemos a la suerte, es tan caprichosa, que no siempre acude a la llamada. Algo así es lo que ocurrió en el valle de Turón, en Mieres, donde hace muchos años alguien encontró carbón y bautizó a su descubrimiento "Fortuna". Y es que no todas las explotaciones están relacionadas con santos, como San Nicolás, Santa Bárbara o Santiago, sino que los originales propietarios también se basaban en otras circunstancias, como la suerte del hallazgo en el caso del pozo turonés. Sin embargo, la fortuna nunca acompañó a esta explotación, que acabó cerrando sus puertas y pasó a engrosar uno de los capítulos más negros de la historia española tras la Guerra Civil, convirtiéndose en una fosa común donde descansan los cuerpos de entre 300 y 400 personas. Hoy este enclave es un símbolo de la represión franquista, donde cada año se rinde homenaje a las víctimas. Y más allá de la explotación, sólo quedan tres o cuatro casas que hoy están cerradas a cal y canto.

Hay quien cree que la fortuna se hace de rogar para los asturianos, también durante el sorteo de la Lotería de Navidad, que ayer volvió a dejar a la región sin ese ansiado primer premio que habría ayudado a muchos a tapar algún que otro agujero. Aún así, no dejó a los asturianos desangelados del todo, ya que el cuarto premio vendido íntegramente en Candás, que salpicó también a muchas otras localidades asturianas, palió en parte la ausencia de los premios principales. Lo mismo ocurrió con esos pellizcos de los quintos premios que se repartieron en diversos puntos del Principado.

Poco se conoce sobre la historia original del pozo Fortuna, seguramente enturbiada por los hechos que acontecieron años más tarde. La explotación perteneció en sus inicios a Andrés Aza y lo heredó su hijo Bernardo Aza tras el fallecimiento del primero. Más tarde pasaría a ser propiedad de la empresa Hulleras de Turón. En 1931, la compañía comenzó a profundizar un pozo vertical que no había empezado a explotarse cuando comenzó la Guerra Civil. Y este fue el inicio de su desgracia, ya que llegó a convertirse en una de las principales fosas comunes del país durante la contienda bélica y los primeros años de la dictadura franquista. Se desconoce el número exacto, pero se estima que allí fueron arrojadas entre 300 y 400 personas. La fosa fue tapada y acabó en el olvido hasta que en 2003 fue descubierta, y años más tarde se colocó un monolito del pintor y escultor turonense Juan Luis Varela para recordar los oscuros hechos que allí acontecieron.

Con el paso de los años, este mal llamado pozo Fortuna es un símbolo de la represión franquista, donde se muestra, además, el proceso de industrialización del valle de Turón y la apuesta por recuperar y poner en valor sus recursos naturales y la historia del pozo, sin olvidar la recuperación de la memoria histórica. Junto a todo esto, cientos de personas acuden cada año a este emplazamiento para rendir homenaje a los represaliados. También existe un galardón, denominado como el pozo, que en su última edición fue a parar a la miliciana Ángeles Flórez Peón, más conocida como "Maricuela", por su lucha en durante el franquismo, su trayectoria vital y como reconocimiento a todas las mujeres que sufrieron en aquella época.

Éste es el mejor ejemplo de lo caprichosa que es la suerte, al igual que ocurre con la Lotería de Navidad. Da igual que la busquemos en Doña Manolita, en Sort o en el pequeño pueblo asturiano de Pedrea, en Langreo. Llegará cuando quiera y no cuando lo deseemos nosotros. Pero la fortuna no tiene que llegar únicamente en el lado económico, también es afortunado el que goza de salud, según un dicho muy extendido entre aquellos a quienes esquiva el acierto de la lotería pero que encierra en sí mismo una gran verdad. Así que salud para todos: esa es la verdadera fortuna.

Compartir el artículo

stats