Como si de una bala se tratase, la suerte rozó ayer Gijón, silbando en la oreja de Pelayo. El bote de la ciudad, más de 600.000 euros, fue poco botín para lo que podía haber sido. Una serie entera de un quinto premio, el 03.278, y cuatro décimos de otro, el 22.253, conformaron la suerte "oficial". La particular, sin embargo, fue más excelsa: un puñado de décimos de un tercer premio cargado de significado y un décimo del Gordo al abrigo de la casualidad. Unas alegrías que podrían haber sido mucho mayores si la diosa Fortuna hubiera apuntado un poco mejor.

Los primeros en descorchar el espumoso fueron Borja Álvarez y David Castro, de la administración de loterías número 15, sita en la calle Manso, tras vender una serie entera del número 03.278, agraciado con un quinto premio, 6.000 euros al décimo, 60.000 en total. "La mayoría de los décimos se vendieron en verano, así que seguro que muchos fueron para turistas", auguró ayer Álvarez, que lleva una veintena de años trabajando en la administración, tras coger el relevo de su abuela y su madre. Un tiempo en el que nunca había dado un premio de tanta envergadura. "Esto es increíble, y eso que es un quinto y yo no me quedé con ningún décimo, no me imagino dando un premio mayor", confesó. Y tras ello, el aviso: "No os mováis, que todavía voy a dar el Gordo". Y no anduvo muy desencaminado.

Una sola cifra, el 7 inicial del Gordo, privó a Gijón de una lluvia de millones. Álvarez vendió en su administración 15 series del 11.198, un número idéntico excepto en la primera cifra al premiado. Una cifra que deja a la ciudad huérfana de 60 millones de euros. Y no queda ahí la anécdota. Hasta 45 series vendió Álvarez del 06.904, únicamente distante en una cifra del 06.914 agraciado con el tercer premio. "Los tuvimos muy cerca, pero le dimos al palo", enfatizó el lotero haciendo suyo el símil futbolero.

La gran alegría del día, sin duda, se la llevó el Director de Compras de Praxair Ibérica, fábrica suministradora de gases ubicada en el polígono industrial de Somonte.

El directivo, natural de Madrid pero afincado desde hace muchos años en Gijón, comentó en la mañana de ayer su suerte en el tradicional brindis navideño que celebran los empleados de la factoría. Adquirió el décimo por casualidad, ya que no suele jugar a la lotería, durante un reciente viaje a Villalba (Lugo). Una casualidad que ayer le hizo ganar 400.000 euros.

Aún se repartirían en Gijón cuatro décimos más del 22.253, agraciado con un quinto premio. Uno de ellos, vendido igualmente por Álvarez, otro en una expendeduría mixta en la calle Ezcurdia y dos más en una administración de la calle Corrida. Todos ellos, vendidos en terminal, "que la gente sigue siendo muy reacia, pero que vean que también toca".

La ciudad también se vio agraciada con diferentes pedreas, que repartieron un buen pellizco, como la peña madridista "Ibérica", que repartió entre sus socios 45.000 euros en papeletas, a razón de 20 euros cada una. También el Real Sporting, que agració a quienes jugaron su número con 24 euros por papeleta, la Asociación de Escritores Noveles, que repartieron 7.500 euros, 15 por papeleta, la Asociación Cultural Gijonesa o radio taxi "Villa de Jovellanos".