El reto de frenar el declive demográfico asturiano se convirtió ayer en el punto central de debate en el encuentro anual de la asociación Compromiso Asturias XXI que se celebró en Las Caldas (Oviedo) con asistencia de unas 150 personas, muchos de ellos socios que trabajan y viven fuera de la región.

El envejecimiento de la población asturiana fue también el eje del discurso del consejero de la Presidencia, Guillermo Martínez, que presidió el acto junto al rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda. "Está claro que no hay soluciones milagrosas", explicó el Consejero porque ni siquiera Francia puede presumir de edad media nacional joven "a pesar de que lleva cuarenta años dando ayudas directas a la familia". A los países nórdicos -añadió- les va relativamente bien en su lucha contra el envejecimiento, pero disfrutan de una realidad económica bien distinta, no comparable con la española.

La asamblea de Compromiso Asturias XXI, la entidad que agrupa a unos 1.200 socios asturianos en distintos lugares de España y el extranjero, sirvió para entregar el premio de socio de honor al astrofísico asturiano Bruno Sánchez-Andrade Nuño, quien hoy precisamente recogerá los atributos que le acreditan como Asturiano del Mes de LA NUEVA ESPAÑA.

El galardón de ayer tuvo muchos argumentos, que se pueden resumir en una frase que a Bruno Sánchez-Andrade le encantó: "por su trayectoria y por ser modelo de inspiración".

El físico asturiano también intervino en el debate demográfico con una apuesta por la inmigración y, en particular, por los refugiados. "Hay un montón de personas, algunas muy preparadas, que soñarían con vivir en un lugar como Asturias".

El presidente de Compromiso Asturias XXI, Carlos García-Mauriño, volvió a quejarse de que las potencialidades de la región no se concretan. "Contamos con gente de primer nivel, una base de talento que no está bien aprovechada". Y él lo achaca a que "no siempre trabajamos juntos y coordinados".

No es cuestión de malas intenciones pero García-Mauriño cree que "tenemos una Administración que está estructurada para dar a la emigración pero no para recibir de ella". Y ofreció la ayuda de "más de mil asociados a los que solo nos mueve el interés por Asturias".

Bruno Sánchez-Andrade siente que "podría estar horas hablando de ciencia" pero quiso romper esa tradicional separación entre letras y números. "El futuro está en los que, entendiendo las Matemáticas, son capaces de no ver diferencias entre las ciencias y las letras". Los problemas son globalizados, las soluciones afectan a distintas disciplinas. Como ejemplo, el cambio climático.

Investigador de la NASA y del Banco Mundial, Sánchez-Andrade, que estudió Físicas en la Universidad de Oviedo, contó brevemente su última experiencia en Bután, el pequeño país asiático en el que desarrolló una investigación asombrosa que tiene que ver más con su voluntad de apoyo al bienestar ajeno que a engordar su currículo particular: un estudio logístico en una fábrica de avellanas. Así como suena. Logística, frutos secos, diez mil campesinos, unas caleyas infames... "Nos fue de gran ayuda conocer cosas del budismo". De ahí esa necesidad de un conocimiento global.

Investigar. Es un placer, dijo. Es una responsabilidad. Casi se diría que es una obligación "por parte de quienes tenemos la suerte de poder hacerlo. Si no lo hacemos nosotros lo harán otros en peores condiciones. O no lo hará nadie", dijo el astrofísico galardonado, que puso un ejemplo de vida cotidiana: "si vamos por la calle y encontramos un papel tirado en el suelo lo mejor es recogerlo porque estará creando inercias. Si nadie lo recoge, hoy será un papel y mañana serán dos".

La asamblea finalizó con una puesta en común de ideas en las que salió el ya comentado desierto demográfico pero no solo eso.

¿Cómo nos ven a los asturianos fuera de la región? Eduardo Sánchez, vicepresidente de Compromiso Asturias XXI destacó "la imagen universal de buena gente que tenemos los asturianos, pero muy poca gente identifica Asturias como una tierra de emprendimiento".

Caemos bien... pero por desgracia solo entre los que nos conocen. ¿Asturias, dónde está eso?, es una pregunta recurrente que se hace a los asturianos cuando van a trabajar a otros países y alguien se interesa por su lugar de procedencia.

La conciliación fue otro de los caballos de batalla del debate porque, como se escuchó en Las Caldas, "no se puede salir del trabajo a las ocho de la tarde y a lo mejor ser improductivo". La permanencia en el tajo no garantiza buenos resultados laborales, y menos en un país donde se pierde mucho el tiempo.