El kebab, la famosa brocheta turca de dados de carne y grasa de cordero; trozos de pimientos, cebollas y tomates con especias, seguirá presente, al menos de momento, en los restaurantes de comida árabe de los países de la Unión Europea.

El popular preparado, del que el propio Rey de España se declaró fan hace algunos años, se ha salvado del "exilio" gracias a los votos favorables de los eurodiputados del Partido Popular Europeo (EPP), al que pertenecen los parlamentarios del PP español. El Parlamento Europeo decidió por una exigua mayoría de cuatro votos y treinta abstenciones que los fosfatos que permiten a los kebabs congelados mantener la carne jugosa no son nocivos para la salud, tal como sugieren algunos estudios. "Hemos salvado tu kebab. De nada". Ése fue el expresivo mensaje difundido en Twitter desde la cuenta del EPP, que asegura que la polémica en relación a las dudas generadas por la seguridad alimentaria del kebab ocasiona una pérdida diaria de diez millones de euros en todos los países europeos que producen y venden el alimento. La industria alimentaria que produce kebabs en Europa se resiste a buscar sustitutos a los fosfatos, unos aditivos que mantienen la jugosidad, firmeza y sabor de la carne de pollo o ternera y de otros productos como el jamón cocido.

De todos modos, la votación no supone una salvación absoluta para el kebab. El Parlamento Europeo está dispuesto a ir más allá y ha encargado a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria un informe concluyente sobre los riesgos de los fosfatos, también empleados en las salchichas. Cuando el documento esté completo, la Eurocámara celebrará una votación definitiva previsiblemente en diciembre de 2018.

El Grupo Socialista y el de Los Verdes son los que defienden los argumentos a favor de la prohibición de los fosfatos. Según aseguran, hay estudios que demuestran que son absorbidos por el cuerpo y causan acumulaciones que aumentan los riesgos cardiovasculares, problemas renales, el aumento de la presión sanguínea y el envejecimiento prematuro.

Cada día se producen unas 2.000 toneladas de carne para doner kebab en Europa, de las cuales al menos cien toneladas se fabrican de España, de acuerdo con la patronal Donerci, con sede en Alemania.

Una empresa en Alicante, Soyal Foods, produce la mayor cantidad de kebabs que se distribuyen a los restaurantes y locales de comida rápida árabe.