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JOSÉ MUÑIZ FERNÁNDEZ | Catedrático de Psicometría en la Universidad de Oviedo | EDUARDO FONSECA PEDRERO | Profesor titular interino de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad de La Rioja

Muñiz: "La suerte favorece al inteligente; para estar en el top hay que trabajar 4.000 horas al año"

Fonseca: "La investigación es una carrera de fondo, tener un maestro que te sepa motivar en el momento adecuado es fundamental"

Eduardo Fonseca (a la izquierda) y José Muñiz, en la plaza del Fresno, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

La vuelta a casa, por Navidad, de Eduardo Fonseca (Oviedo, 1981), discípulo del catedrático de Psicometría de la Universidad de Oviedo, José Muñiz (Sograndio, 1949), inspira al maestro para reflexionar sobre la fórmula del éxito. Dice Muñiz que en su caso se ha cumplido la máxima aristotélica de que el verdadero discípulo es el que supera al maestro. Fonseca, que es profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad de La Rioja, dirige allí el grupo de investigación "Prisma", con líneas de trabajo enfocadas a la prevención de la salud mental, la promoción del bienestar emocional en jóvenes y en el estudio de trastornos psicológicos. Con el currículo de Fonseca, que fue premio extraordinario de Doctorado de la Universidad de Oviedo, es experto en Gerontología y máster en Psicología Clínica y Terapia de la Conducta, con varios reconocimientos en congresos nacionales e internacionales, Muñiz concluye: "La suerte termina favoreciendo a los inteligentes". Y va más allá: "Para estar en el 10% superior, al menos hay que trabajar 4.000 horas al año" . Para hacerse una idea: unas diez horas diarias de labor.

Esa fórmula del rendimiento más exitoso, explica el catedrático de Psicometría, implica dos factores fundamentales, capacidad y esfuerzo (número de horas dedicadas). De la multiplicación de ambos se obtiene el provecho del desempeño profesional. Eduardo Fonseca resuelve esa ecuación con valores máximos. Él lo atribuye a la aportación que recibió de su maestro. "Me gustaría ser fiel reflejo suyo. Todo lo que transmite, aporta. Muy pocos en Psicología tienen eso. Me gustaría llegar a esa plenitud".

En la carrera de fondo de la investigación, Fonseca agradece la disposición que siempre acompaña a Muñiz, a quien ve como "maestro, mentor y amigo" que es, además "capaz de motivar en el momento adecuado" a los suyos, algo fundamental, a su juicio. "Aunque lo vea cada dos o tres meses, una hora con él es más que 50 cursos de formación online", agrega.

Maestro y discípulo han seguido caminos paralelos. Ambos estuvieron en la Universidad de Massachusetts. Muñiz solicitó una beca para investigar con Ronald K. Hambleton, autoridad mundial en medición psicológica. Fonseca siguió una trayectoria muy parecida. De Massachusetts volvió a Europa -primero pasó por Suiza- pero el sistema universitario no permitió captar al que ya apuntaba maneras como joven talento investigador. Su tesis sobre riesgo mental grave le puso sobre la pista de hacia dónde encaminar su carrera. "Al final, se hace complejo volver. El grupo de Muñiz es uno de los mejores de España y de Europa. Muchos de sus discípulos están entre los mejores investigadores de España", reflexiona el joven. Muñiz lamenta que no haya podido regresar a la Universidad que le vio crecer. "Lo más cruel es no poder contratarlo, es nuestro sino. Todos los que formamos aquí están fuera pero, al mismo tiempo, es una satisfacción ver que es gente a niveles altamente competitivos aunque lo ideal es que estuvieran aquí", sostiene el catedrático. A su juicio, no existe un cambio sustancial entre el sistema educativo que le dio alas a él y en el que se formó Eduardo Fonseca. "El alumno cambia pero no tanto el sistema. En lo esencial ha cambiado poco desde Sócrates", argumenta, "lo esencia de la Universidad es el maestro que enseña al discípulo y le estimula".

Dar clases es tarea ya más complicada: "Hoy hay que ser capaz de decir algo que no está en Google", apunta Muñiz. Su discípulo dice sentirse muy cómodo en esa faceta. "Entré en la Universidad por un buen profesor de Filosofía y me quedé en ella por dos o tres más, uno de ellos Muñiz". La diferencia más acusada entre uno y otro tiene que ver con cómo han cambiado los ritmos de la carrera académica. Muñiz era catedrático con 34 años, y Eduardo, con 36, es profesor titular interino.

En su grupo de investigación en La Rioja se centran en líneas que tienen que ver con la detección y prevención temprana de jóvenes de riesgo a la psicosis, en el estudio de los estados mentales de alto riesgo y en el análisis de la calidad métrica de diversos instrumentos de medidas que miden variables de tipo clínico. Hay ingenieros, matemáticos y genetistas. Todo ayuda en proyectos como el que les llevó a analizar a través de una aplicación para smartphone el estudio de los afectos, mapeando la salud mental de un grupo a lo largo de toda la jornada. "El campo de E-health ofrece muchas oportunidades", sostiene Muñiz. El grupo de Fonseca también ha participado en la elaboración de un test para intentar detectar en adolescentes el riesgo de psicosis.

-¿Estamos ante una sociedad especialmente marcada por las patologías mentales?

No tanto. Coinciden maestro y discípulo. "Hay tendencia a psicologizar todo, pero en su justa medida. Y todavía existe mucho estigma en lo asociado a la salud mental", indica el más joven. Para eliminar cualquier tabú, Fonseca elaboró para el Servicio de Salud de La Rioja un decálogo del bienestar emocional. Él lo resume así: relaciónate, aumenta tu red de contactos y muévete (mens sana in corpore sano). "Si emocionalmente no estás bien lo tiñes todo de eso", advierte.

A Muñiz le gusta precisar también la diferencia con el mundo anglosajón donde tiene mucha más raigambre la figura del mentor, "que sirve para contar con alguien que te da su opinión". Un soporte en los momentos de debilidad. Pero a veces las fronteras entre unos y otros profesionales se diluyen. "Un maestro te educa, te guía y te hace crecer; con el tiempo he visto que he sido afortunado", resume Fonseca sobre quien le ha acompañado desde el inicio de su trayectoria investigadora.

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