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La obsesión del "krausista" Domingo Menéndez

El padre de Aurelio Menéndez, desde su almacén de coloniales del barrio gijonés de - El Natahoyo, inculcó en sus hijos la idea de que la educación es lo más importante

Durante una de sus visitas al Ayuntamiento de Gijón, Aurelio Menéndez Menéndez pidió a una autoridad municipal que se añadiese al nombre de su calle en la villa la palabra "profesor". Dicho y hecho. Así es que la calle de la zona de Viesques que lleva el nombre del catedrático de Derecho Mercantil desde el mes de noviembre del año 2001 pasó a denominarse calle del Profesor Aurelio Menéndez.

Y es que el recientemente fallecido Marqués de Ibias heredó de su padre, Domingo Menéndez, el culto por la educación como una manera de labrarse el porvenir. Por ello lo que amaba, por encima de todo, era la enseñanza, y fue un hombre de capital importancia en los estudios de Derecho Mercantil, como recordó el que fue su amigo, el doctor Pedro Sabando, exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid y también natural de El Natahoyo como Aurelio Menéndez.

De hecho, el exministro de Educación durante los años 1976 y 1977 fue el primero de la familia, originaria de Ibias y radicada en el popular e industrial, entonces, barrio gijonés de El Natahoyo, en cursar estudios superiores. Luego le seguiría uno de sus hermanos, Adolfo, quien también estudió Derecho. De sus respectivos matrimonios los dos hermanos Menéndez (Aurelio y Adolfo) tuvieron catorce hijos (siete cada uno) y los catorce cursaron estudios superiores siguiendo la idea central que había dejado marcada en la familia el abuelo Domingo.

Adolfo Menéndez (hijo) recordó ayer la herencia vital de su tío Aurelio y de su abuelo Domingo, que es el santo y seña de la familia: "La idea central es que es el estudio lo que te libera y lo que te da posibilidadades y lo importante es el hecho mismo de tenerlo en cuenta. Era la obsesión de mi abuelo, al que no conocí, ya que murió antes de que yo naciera".

Abogado del Estado en excedencia, Adolfo Menéndez ejerce actualmente la abogacía y fue subsecretario del Ministerio de Fomento tras ocupar el mismo cargo en el Ministerio de Defensa. Varios de sus hermanos ocuparon y ocupan puestos relevantes en la Administración del Estado y se aplican, comentó, la máxima de que "hay que procurar devolver los talentos que uno tiene, en la medida de lo posible, y devolverlos a la comunidad, en general. Ese sería el principio fundamental del servicio público".

Domingo Menéndez se estableció en El Natahoyo, donde regentó un almacén de coloniales, y fue padre de seis hijos: José Ramón, Domingo, Aurelio, Adolfo, Purificación y Concepción. "Durante toda su vida -subraya Adolfo Menéndez- mi abuelo no consiguió dejar de decir 'haiga' y siempre decía que el camino para el progreso de verdad era el estudio y el trabajo. En el fondo, era un krausista, pero no lo sabía, y fue él quien encauzó a la familia hacia esa meta". Es decir, el progreso social a través de la educación.

En este sentido, en palabras de Adolfo Menéndez, su tío Aurelio "lo que aportó fue ser el primero y para nosotros fue un ejemplo y una cumbre, el elemento fundamental. Y unido a que también contraes, cuando tienes la oportunidad, la obligación de devolver a la comunidad algo de lo que te ha dado".

"Me siento muy orgulloso de mis sobrinos, de su calidad profesional y de su sencillez de espíritu", afirmó, en alguna ocasión, quien era hijo predilecto de Gijón desde el 14 de octubre de 1994, el mismo año en el que recibió, en el teatro Campoamor de Oviedo, el premio "Príncipe de Asturias" de Ciencias Sociales de manos del hoy Rey Felipe VI, su pupilo cuando era Príncipe de Asturias y heredero del trono.

Actualmente, la estela del abuelo Domingo la siguen sus nietos. De los seis hermanos de Adolfo Menéndez varios ocupan altos cargos en el Estado. Santiago, inspector de Hacienda, fue el máximo responsable del departamento de Recaudación de la Agencia Tributaria y desde el año 2013 es el director general del organismo. Anselmo es arquitecto del Ministerio de Hacienda y ocupa actualmente el cargo de subdirector de la Dirección General de la Vivienda del Ministerio de Fomento. Por su parte, Domingo fue subsecretario de Sanidad y ahora trabaja en una empresa inmobiliaria. Rogelio, también inspector de Hacienda, estuvo en el gabinete del ministro de Hacienda y actualmente es el director financiero de Loterías y Apuestas del Estado. Germán trabaja en el Banco de España de letrado y Eva, la hermana pequeña, es economista y profesora en la Universidad San Pablo-CEU (Madrid).

Por su parte, los siete hijos de Aurelio Menéndez y Mercedes García Quintana también siguieron los consejos del "krausista" Domingo Menéndez: Mercedes es médica de profesión, pero no ejerce. Aurelio es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y trabaja en el Banco Mundial. Belén es registradora de la propiedad en Illescas (Toledo). Pablo es catedrático de Derecho Administrativo. Begoña, psicóloga y pedagoga, no ejerce la profesión. Rodrigo trabaja en el despacho de abogados familiar en Valencia. Y Gerardo es profesor titular de Derecho Fiscal.

Otros primos Menéndez, por ejemplo, los tres hijos de la "tía Conchita", son Francisco, catedrático de Latín de Instituto (ejerce en Gijón), Conchita es funcionaria del Instituto Nacional de Estadística y María trabaja como oficial en una notaría de Madrid.

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