Pasaron Ana, Bruno y Carmen, pero la borrasca de Reyes, que más nieve ha traído en lo que va de invierno, se ha quedado sin nombre. La temporada invernal 2017-2018 incluyó la novedad de que los frentes de bajas presiones serían bautizados de manera coordinada por las agencias meteorológicas de Francia, España y Portugal. Pero justamente esta que afecta ahora a los tres países no ha merecido siquiera un apelativo oficial.

La borrasca actual se ha producido de manera local sobre el centro de la península ibérica. Y el criterio de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) para denominar una borrasca es que dé lugar a avisos de viento de nivel naranja o rojo con rachas superiores a los 90 kilómetros por hora.

Sin embargo, el frente frío que ahora atasca a miles de conductores de camino a Madrid no cumplía esas condiciones, aunque ha ocasionado nevadas muy intensas.

Todo parece indicar que la borrasca pasará sin merecer un nombre. La atención meteorológica está puesta en la posibilidad de que se produzca una ciclogénesis en el Mediterráneo, pero aun así no sería bautizada, ya que ese "privilegio" sólo lo tienen los fenómenos mediterráneos que provengan de frentes atlánticos que ya hayan sido nombrados con anterioridad.