El preso asturiano "resucitado" no entró en ningún momento en la cámara frigorífica del Instituto de Medicina Forense de Oviedo ni sobre la mesa donde se practican las autopsias, afirmó ayer el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez.

Fueron precisamente un empleado de la funeraria y un auxiliar del Instituto de Medicina Legal los que se percataron de que José Carlos Montoya estaba vivo, pese a que tres facultativos (dos médicos y una forense) le habían dado por muerto. "En ningún momento estuvo en una nevera ni estaba a punto de realizársele la autopsia", aseguró Martínez, quien indicó que la dirección del Instituto de Medicina Legal ha corroborado que, en lo que al centro compete, se actuó conforme al protocolo tras recibir el aviso del fallecimiento desde el centro penitenciario de Asturias. La secretaria de Asuntos Penitenciarios, con sede en Madrid, ha abierto una investigación ante la gravedad del caso.