"En la cárcel ya tenía ansiedad y muchos nervios y la medicación se la daban en una bolsa. Eso no debía ser así, hay que estar pendientes de lo que toma cada uno, tener más control con lo que le daban en la enfermería y lo que tomaban". La denuncia la hacía ayer a la entrada del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) María Covadonga Jiménez, la madre de Gonzalo Montoya, el preso al que inicialmente se dio por muerto y que "resucitó" cuando le iban a practicar la autopsia. También relató que ningún funcionario del centro penitenciario avisó a la familia de que se había producido el fallecimiento, sino que fue otro recluso el que telefoneó a uno de sus sobrinos.

La familia ha recogido ya decenas de firmas para pedir que no vuelva al centro penitenciario, donde acabaría de cumplir su condena el próximo agosto. "Lo que queremos es que le dejen volver a casa con su mujer y sus cinco hijos para que se ponga bien. Sólo le quedan unos meses, hasta agosto, y tenemos miedo de que si lo vuelven a llevar allí no sea capaz de soportarlo y tengamos de verdad una desgracia", dijo la madre.

Hoy se cumple una semana desde que Gonzalo Montoya fue dado por muerto en el centro penitenciario de Asturias tras sufrir, según los primeros informes, una sobredosis de barbitúricos y otras drogas (consumía cocaína, heroína, hachís y metadona). El fallecimiento fue confirmado por dos médicos de la cárcel y el forense que acompañaba a la comitiva judicial que dio el visto bueno al levantamiento del cadáver para su traslado al Instituto de Medicina Legal, donde le iban a practicar la autopsia. Fue entonces, cuando ya se iba a proceder al análisis del supuesto cadáver, cuando se movió y se escuchó un ronquido. Estaba vivo. Había "resucitado".

María Covadonga Jiménez aún está angustiada. "Mi hijo no recuerda nada, sólo que le sacaron de una bolsa. Ya lo tenían en la mesa de autopsias, pintado y todo", relató ayer a la entrada del HUCA. José Manuel Jiménez, cuñado de Gonzalo, y Marcos Jiménez, primo, apostillaron que "podían haberlo matado ellos mismos, al meterlo en la bolsa y cortarlo cuando estaba vivo".

Gonzalo Montoya continúa ingresado en la UCI número 5 del HUCA donde, según sus familiares, sufre crisis de ansiedad y de angustia. "Se queda dormido y de repente se despierta y no puede respirar, se ahoga", explicó ayer su mujer, Katia Tarancón. También añadió que los médicos le han dicho que su marido, de 29 años, "evoluciona bien, pero muy poco a poco. Tiene afectados los riñones y un punto de neumonía. Aún tendrá que estar más tiempo en la UCI. Por la noche le subió la fiebre y se puso mal, y al mediodía tuvo otra crisis de ansiedad. Ahora está mejor", señaló.

Mientras tanto, la familia continúa recogiendo firmas de apoyo para solicitar que Gonzalo no regrese al centro penitenciario. "Aún no sabemos cuántas tenemos en total, pero ya son muchas", indicó su esposa.

La madre de Gonzalo Montoya relató ayer que su nuera, ella y su marido, José Carlos Montoya, fueron "los últimos" en enterarse de que su hijo estaba muerto, porque ningún funcionario de la cárcel los llamó para comunicárselo. "Fue otro interno el que llamó a un sobrino mío para decirle que había muerte. Este sobrino llamó a otro y ése a mi hermano Marcos, y los tres se fueron a la cárcel a confirmar qué había pasado. Cuando llegaron les dijeron que era verdad y que podían recoger sus pertenencias, y a los cinco minutos llegó uno de la prisión y les dijo que estaba vivo y que fuesen al HUCA, que lo llevaban para allá", relató la mujer.

María Covadonga Jiménez continúa: "Nosotros llegamos aquí, por urgencias, antes que la ambulancia que traía a mi hijo. Y el médico que venía con él nos dijo que traía la mejor noticia del mundo, que Gonzalo no estaba muerto, que había resucitado. Nosotros entonces... no pudimos más del susto y los nervios y nos desplomamos", aseguró la mujer, que asegura que "aún no nos hemos repuesto del susto".

La familia ha puesto el caso en manos de un abogado para que analice si es motivo de demanda e incluso de solicitar una indemnización. Pero sobre todo, insiste la madre de Gonzalo Montoya, "lo que queremos es que no vuelva a la cárcel, que nos lo dejen en libertad y llevarlo para casa con sus hijos. Lo que ha pasado fue mucho y muy gordo. Lo que hicieron fue una injusticia, no hay palabras para explicarlo", insistió una y otra vez María Covadonga Jiménez.

Los Montoya Jiménez continuarán en el HUCA, vigilando la evolución de Gonzalo.