Un futuro incierto. El cercado de Santo Adriano se queda huérfano de "Tola" y pronto deberá despedir a su hermana, "Paca", pues la edad no perdona. Sólo quedará "Molinera" en el vedado del monte Fernanchín. El espacio, creado para el manejo de las osas cuando fueron rescatadas, es también uno de los principales atractivos turísticos para Proaza y Santo Adriano, que durante las últimas décadas ha dado mucho empuje económico a la comarca. Si bien, los alcaldes y el sector turístico de la zona cree que el cercado debe continuar con el mismo objetivo, que no es otro que el cuidado de animales salvajes que han sufrido alguna lesión y que no se puedan reintroducir en la naturaleza.

"Tiene que ser un centro de recuperación de fauna salvaje, en esa línea y no como centro de cautividad, sino de recuperación para aquellos animales que no se puedan integrar en el medio", afirma Jesús Muñiz, alcalde de Santo Adriano. Si bien el regidor socialista opina que es "muy precipitado" pensar en el futuro del espacio, "donde de momento hay dos osas y una es muy joven".

Pero Muñiz va más allá y cree que el cercado podría servir para poner en marcha un espacio de estudio científico de la integración de los animales salvajes en estos entornos, en cautividad. "Las instalaciones han sido mejoradas y están preciosas, se adaptaron y están mucho más integradas en el entorno por lo que es un buen sitio para mantener a los animales que no se puedan recuperar en libertad".

El regidor santadrín prefiere dejar a un lado el efecto que genera sobre el turismo, que reconoce es mucho, y apostar por el lugar como centro de recuperación de especies. "No nos corresponde a nosotros esa decisión y hay que tener en cuenta el gran papel que hace la Fundación Oso de Asturias".

El alcalde de Proaza, Ramón Fernández, también apuesta por dar utilidad al cercado porque estima que "no se puede abandonar cuando falten las osas, sería una pena". Defiende que el espacio sirva para la recuperación de especies salvajes ya que "Molinera" está en la parte de arriba y al cercado de manejo habría que darle una utilidad una vez que muera "Paca". "Espero que aparezcan por ahí otros ositos", reconoce. Y es que tal y como aseguran los cuidadores del cercado es más probable ahora, con una población de oso pardo cantábrico en plena evolución, que se den casos en que haya que llevar a los osos para su recuperación al cercado. Si la población va en aumento también lo van los accidentes con osos o los posibles daños que puede sufrir alguno de los ejemplares en los montes asturianos donde hay presencia de este plantígrado.

Y es que el turismo en el concejo ha sido el principal motor de desarrollo socio-económico en los últimos años, un sector alrededor del cual han surgido negocios hosteleros y hoteleros y empresas de turismo activo. "Perdería atractivo y sería bastante menos gente la que iba a venir, con las osas todo lo que se mueva es vida para los concejos, también para Quirós y Teverga, nos afecta a todos", señala Ramón Fernández. El alcalde también dice que de momento no está previsto hacer algún homenaje a "Tola", aunque dice que alguna cosa surgirá.

Por su parte, la asociación de turismo rural de Proaza y Santo Adriano (Asturproc), cree que el futuro del cercado no debe ir ligado al turismo. "El espacio tiene la función que tiene, que es servir de centro de manejo de especies salvajes y nada tiene que ver con el turismo aunque tiene un punto turístico", asegura rotundo Juan Carlos Forcelledo, su presidente. En su opinión, si no hay osas "mejor", ya que es un indicador de que la especie está en su medio natural. Forcelledo no cree que la ausencia de las osas afecte al turismo de la comarca: "El efecto de las osas no es tan fuerte como dice la gente, la Senda del Oso es un producto ya consolidado y tiene otra serie de atractivo", concluye. Lo que está claro es "Paca" y "Tola" se habían convertido en algo más que unas osas, eran también un símbolo de Asturias que llamaba y mucho al turismo.