Precios públicos reducidos y asequibles y una generosa política de becas. Ésta es, en suma, la propuesta que realiza el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, para garantizar la sostenibilidad del sistema universitario.
Un informe del Observatorio del Sistema Universitario Español sobre la financiación de la financiación que reciben los centros revelaba días atrás que en el caso asturiano dos terceras partes del presupuesto de su Universidad depende de las arcas de la Administración pública mientras que la contribución de los alumnos por los precios de matrícula únicamente representa el 15%.
El equipo rectoral es partidario en este sentido de no tocar los precios de matrícula pero si habría que recuperar, dice García Granda, "los niveles de financiación pública de 2010 y disponer de financiación básica suficiente para sostener los gastos corrientes".
Además de los precios reducidos para los alumnos, el Rector habla de recuperar los dineros recibidos en ejercicios precedentes, mediante la realización de contratos programa basados en el cumplimiento de una serie de objetivos como se hizo en el firmado a finales del año pasado con la Administración regional. También habla García Granda de la oportunidad que ofrecen las cátedras de empresa y el mecenazgo o la captación de financiación europea y el trabajo en red con otras universidades.
"Es necesario seguir modelos que flexibilicen la contratación, así como eliminar la tasa de reposición, permitir la contratación laboral indefinida en las universidades y flexibilizar la regla de gasto", reivindica el máximo responsable de la institución académica. Cualquier modelo debería implicar, continúa García Granda, un sistema de incentivos orientado a premiar tanto los resultados individuales como los de grupo, apostando, además, "por la incorporación de talento internacional y la atracción de estudiantes extranjeros".
