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Cambios en la gestión de los residuos agrícolas

Asturias pedirá una exención en la aplicación de la norma europea de purines

Los ganaderos advierten que no gastarán más dinero para adecuar las instalaciones

De izquierda a derecha, Beatriz Rodríguez y Germán Fernández, de la ganadería Casa Venturo, en Idarga (Salas), y el operario Adrián Menéndez, ante la fosa de purines de la explotación. SARA ARIAS

Asturias, con una orografía montañosa, valles de fuerte pendiente, terrenos pedregosos y pequeñas parcelas, solicitará al Ministerio de Agricultura excepciones a la prohibición del uso directo de purines (residuos ganaderos) para abono, tal como establece la directiva europea que el Ministerio de Agricultura aplica desde el pasado 1 de enero.

El Gobierno del Principado también negocia con Galicia y Cantabria para establecer criterios comunes y lograr que la mayor parte del territorio regional quede exento de las nuevas prácticas.

Europa quiere reducir la contaminación por amoniaco que generan las explotaciones agrarias y aplica el mismo rasero en todos los países, donde, como es el caso de España, los mayores problemas los genera el porcino, apenas presente en la región, donde predomina el vacuno. La consejera de Desarrollo Rural, María Jesús Álvarez, solicitó en diciembre al Ministerio una moratoria de dos años, y hasta ahora no ha obtenido respuesta. La ministra, Isabel García Tejerina, anunció el pasado lunes en Asturias que habrá subvenciones para aplicar técnicas que no emitan amoniaco, y que básicamente consisten en aplicar los purines inyectados bajo tierra.

Al sector ganadero asturiano, que en los últimos años se ha gastado millones de euros en instalar fosas de purines en las ganaderías, con un coste básico de 80.000 euros, las buenas palabras no le valen. Habrá movilizaciones como la convocada el próximo 2 de febrero por el sindicato UCA en Oviedo. "Vamos a protestar para que nos escuchen; no podemos asumir más gastos", recalcó ayer José Ramón García, "Pachón", secretario general de la organización. Las nuevas obligaciones también afectan a la gestión del estiércol, que deberá quedar bajo tierra, después de su aplicación, en el menor plazo posible. El uso del cucho de toda la vida preocupa menos, ya que podría exceptuarse esa obligación, si lo establece el Principado, en los cultivos de siembra directa o con un laboreo mínimo, pastos y cultivos permanentes o cuando la aportación del abono sólido se realice con la siembra ya hecha. "Nosotros venimos advirtiendo desde hace años que este problema en Asturias no se soluciona con máquinas, imposibles de aplicar en el territorio; habría que invertir fondos de desarrollo rural en fosas de almacenamiento con gran capacidad, y no se ha hecho", resaltó ayer Ramón Artime, presidente de ASAJA. La secretaria general de COAG, Mercedes Cruzado, comenta que Asturias es de las regiones que menos contaminan. "Somos de las pocas regiones en las que el purín almacenado tiene que estar tapado, lo que reduce en un 80 por ciento sus emisiones".

Una explotación modélica es Casa Venturo, en Idarga (Salas), de la que cada año salen varias vacas campeonas. "No nos han comunicado nada, sabemos lo que leemos en la prensa", señalan Beatriz Rodríguez y Germán Fernández, sus propietarios. Ayer el operario Adrián Menéndez se afanaba en realizar la extracción de los residuos. Las nuevas medidas afectan a todos los beneficiarios de las ayudas de la PAC. En caso de incumplimiento se les descontará hasta un cinco por ciento de las subvenciones.

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