La Fiscalía solicita una condena de nueve años y cuatro días de prisión para un hombre que molió a palos a su expareja, que le abandonó por su "carácter agresivo, controlador y celoso". El acusado, además, agredió al hermano de la víctima delante del hijo de su pareja, de sólo dos años, amenazando con hacerle daño. El juicio está señalado para las 10.00 horas de mañana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo.

Según el escrito provisional de la Fiscalía, víctima y acusado mantuvieron una relación sentimental de sólo dos meses, durante los que convivieron los fines de semana en Tineo. Pero la mujer decidió romper por el carácter "agresivo, controlador y celoso" del hombre.

La Fiscalía sostiene que la primera agresión de la que se tiene constancia, aunque no fue denunciada, se produjo en la madrugada del 23 de diciembre de 2016, cuando ambos estaban en casa y el acusado empezó a recriminar a su pareja por una llamada telefónica. Ambos discutieron porque él exigía saber los datos de la llamada. Entonces agarró a la mujer por el cuello, apretándoselo y cogió una estrella metálica (suriken) y se la pasó varias veces lentamente por el cuello.

La segunda agresión fue en la madrugada del día 26, cuando la mujer se despertó al notar que el acusado la agarraba nuevamente por el cuello y le insistía en que le dijera con quién estaba soñando. Después la obligó a levantarse y la llevó al otro extremo de la habitación, donde le propinó dos fuertes puñetazos en el estómago. Tampoco en esta ocasión la víctima denunció los hechos, ni acudió a ningún centro médico.

Sí se lo contó a su familia, que la apoyó para que cortara la relación, y así se lo comunicó al acusado en la noche del día 27. La reacción del hombre fue amenazarla con bajar a su casa con un cuchillo y matar a toda la familia, "que iba a liar una muy gorda". Después, la telefoneó varias veces durante la noche. El hermano de la víctima cogió una de las llamadas y el acusado le amenazó con que le iba a cortar las piernas, y le retó a quedar, "que iba a bajar con un cuchillo jamonero".

Siempre según el relato de la Fiscalía, el día 30 de ese mes de diciembre, sobre las siete de la tarde, la mujer fue a recoger el coche de su padre en Cangas del Narcea, y se encontró con el acusado y un amigo de éste. El hombre se acercó a ella con la intención de hablar "para arreglar las cosas". Ella se negó, y el hombre le dijo a su amigo que se fuera, insistiendo en dar un paseo con ella. La cogió por el hombre y la condujo a un lugar más apartado, donde volvió a exigirle el móvil. Ella se negó y entonces él la agarró fuertemente por el pelo, haciendo que ella se doblara, para entonces propinarle un puñetazo en la cara, le clavó las uñas y trató de meterle los dedos en los ojos y en las orejas. Después, nuevamente la cogió por el cuello apretando con fuerza.

La mujer empezó a sangrar por la boca, y le entregó el móvil en un intento de que el agresor se calmara. Él se puso a revisar el teléfono, pero después la llevó a un callejón oscuro, diciéndole que si se negaba la tiraba al río. Al llegar, se mostró todavía más agresivo y violento. La tiró al suelo y comenzó a darle patadas en la espalda y los costados, a la vez que le gritaba, entre otros insultos, "hija de puta". Después, decidió ir en busca del hermano de la mujer para "dejarlo inválido o matarlo".

A continuación, y ya en el interior del coche, "el acusado continuó con su brutal agresión", dice la Fiscalía. Metió la cabeza de la mujer entre sus piernas y la golpeó varias veces en la espalda. En ese momento llegó el amigo del agresor, que trató de evitar la paliza, pero sin conseguirlo. Todo lo contrario. El agresor se ponía cada vez más violento y empezó a darle patadas al salpicadero del coche causando múltiples daños.

Mientras tanto, la familia de la víctima, alarmados por su tardanza, decidió que fuera a buscarla su hermano, con su pareja y el hijo de ésta de dos años. Una vez llegaron al aparcamiento en el que la mujer solía aparcar, el acusado se fue hacia él y le propinó un puñetazo en la cara. Al ver que el pequeño estaba en el coche, trató de abrir la puerta a la vez que decía que "iba a darles donde más les dolía", provocando un gran temor y desasosiego a todos.

La mujer sufrió múltiples lesiones de la brutal paliza, y tardó en curar 144 días, quedándole además como secuela un estrés postraumático de intensidad leve.

La Fiscalía acusa al agresor de dos delitos de maltrato machista, dos de amenazas en el ámbito familiar, un delito de lesiones graves y otro de amenazas, un delito de daños y otro delito leve de lesiones además de otro más de amenazas por el conjunto de los hechos.