"Un hombre solo, una mujer sola, así tomados de uno en uno, son como polvo, no son nada".

Lo escribió José Agustín Goytisolo en "Palabras para Julia" y lo recitó ayer María Fuentes, una de los jóvenes que subió al escenario del Conservatorio de Oviedo a recoger los premios extraordinarios al rendimiento y al esfuerzo correspondientes a los años 2016 y 2017.

Venía la frase a cuento para recordar que en la aventura del saber el esfuerzo debe ser colectivo. El alumno al frente; tras él, familia y profesores; el sistema educativo como garante de equidad y atención a la diversidad; los compañeros que apoyan, la sociedad que valora el esfuerzo... Puede sonar a hueco, pero en todo ello reside el secreto de la excelencia.

Y ayer se premió esa excelencia en 45 alumnos de ESO, Bachillerato, FP y Enseñanzas Artísticas. Ocho de ellos vieron correspondido su esfuerzo personal en condiciones vitales de especial dificultad. "No olvidéis que vuestros gestos son importantes porque pueden ser imitados", les dijo el Consejero de Educación Genaro Alonso, que lanzó un consejo a tanto talento joven: "no dejéis de formaros porque ese es el principal bagaje frente a las vicisitudes del camino".

En primera fila del salón de actos estaban el rector Santiago García Granda y el alcalde de Oviedo, Wenceslao López. Entre bastidores el personal de Educación que organizó el acto, feliz por lo que significa: "es uno de los días más guapos del calendario escolar. Estos chavales dan razón de ser a cualquier esfuerzo".

Los alumnos también hablaron. Myriam Thalía Gabarri, una luchadora frente a los embates de salud, quiso recordar "a todos los niños que viven problemas médicos" y agradecer "el cariño y la paciencia" de sus profesores.

Saúl Teijeiro, portavoz de los premiados por el rencimiento académico en la ESO, recordó "el apoyo incondicional de nuestras familias" y deseó "mucha suerte a todos para que alcancemos los éxitos que nos merecemos".

Premios al esfuerzo y a rendimiento

Premios al esfuerzo y a rendimiento

Emilio Fernández, por los premios extraordinarios de Bachillerato, imaginó una sociedad en la que "todos puedan disfrutar de algo tan sugestivo como puede llegar a ser el aprendizaje".

Detrás de María Fuentes, portavoz de los premios de Enseñanzas Artísticas, hay -dijo- un ejército de personas de apoyo, algunas de las cuales son de presencia cotidiana anónima. Como ejemplo: "Gracias a la panadera que me hace el pan con el que desayuno todos los días".

Arancha Gómez, en nombre de los premiados en FP Superior, mencionó una docena de nombres de pila de entre sus profesores, "que me han hecho crecer y despertaron en mí la inquietud intelectual". Ella terminó su diplomatura y se embarcó felizmente en un grado de FP que le sirvió de puente "para iniciar los estudios universitarios que siempre quise hacer". Un último apunte en su intervención. "Hay que dar también las gracias a nuestras mascotas, que nos acompañaron en tantas horas de estudio".

Faltaron a la cita Iris Díaz, del IES Juan de Villanueva (Siero) y Aránzazu Andrés (IES Batán, Mieres). Recogieron galardones alumnos de centros educativos de una decena de concejos. Dos de esos centros, el colegio Corazón de María, de Gijón, y el IES Fleming, de Oviedo, aportaron cuatro alumnos cada uno a la gala, que finalizó con la gran foto de familia y con un pequeño concierto. El escenario animaba a que la música clásica estuviera un año más presente. Paloma Menéndez, Gabriel Ordás y Santiago Ruiz de la Peña interpretaron el Trío nº 39 en sol mayor "Gypsy", y el Ensemble de Flautas del Conservatorio "Dossenti", dirigido por Raquel F. Berdión, interpretaron dos obras de Bozza y Samuel Adler.