La lluvia de los últimos días hizo que los ríos Nora y Noreña se desbordasen en la parte occidental del concejo de Siero. El primero se salió de su cauce en la localidad de Castañera, anegando pastos y caminos. La gran cantidad de agua que bajaba por el Nora llegó a obligar a algunos vecinos a desalojar sus casas para no quedarse aislados. "Es una vergüenza. Llevamos años reclamando soluciones y, de momento, la única que tenemos es irnos a una casa que tenemos en Colloto para evitar quedarnos incomunicados", lamentaba Maite Vázquez, parada frente a los cien metros de laguna en los que se había convertido el camino que llega hasta su casa. "No hay derecho, lo que hace falta aquí es más mantenimiento en los cauces", aseguró.

Pocos kilómetros más al Norte, en la parroquia de Viella, por la que discurre el río Noreña, el mismo problema. "El agua inunda la carretera y los vecinos de La Belga no podemos acceder a nuestros domicilios. Tenemos que recurrir a dar un rodeo en coche por un camino de barro. Esta situación se viene repitiendo todos los inviernos y nadie hace nada. ¿Qué pasaría si hay una emergencia? Seguramente no nos podría atender ni una ambulancia", señaló Marta Pandavenes, residente que ayer tuvo que hacer malabares para poder abandonar su domicilio.

La lluvia caída en la madrugada del domingo también causó problemas en Lugones. Los vecinos del barrio de Malvarán asistieron a cómo la avenida de Les Bellotines se convertía, "una vez más", en una piscina que impedía el paso de vehículos. Tanto fue así, que efectivos de la Policía Local y Bomberos tuvieron que acudir a la zona para cortar el tráfico y tratar de achicar agua. La calle estuvo cerrada al paso durante buena parte de la mañana.

El resto de los cauces de la región, a salvo de estos problemas puntuales, aumentaron su volumen sin llegar a los umbrales que anuncian problemas salvo en algún caso aislado y sobre todo por la mañana, cuando el Nalón en Palomar y el Noreña en La Fresneda entraron parcialmente en fase de seguimiento, la inmediatamente anterior a la prealerta.

Las fuertes lluvias registradas en Oviedo también hicieron mella en algunas zonas del municipio. Entre otros asuntos menores, la carga de agua provocó ayer un desprendimiento de tierra y piedras sobre la carretera del Naranco y la vía estuvo cortada durante varias horas, hasta que comenzaron las labores de retirada y los agentes de la Policía Local empezaron a regular el paso por uno de los carriles. El argayo se produjo a la altura del mirador, justo antes del tramo que da acceso a los monumentos del Prerrománico.

El tramo de la carretera desde la parrilla Buenos Aires hasta el área recreativa del Naranco ya llevaba cerrado desde la noche anterior "por precaución", según fuentes de la Policía Local. "Había tramos con algo de nieve y granizo, por eso ya no se permitía la subida de vehículos", apuntan. El suceso no provocó daños a ningún conductor, ya que en ese momento no circulaba ningún coche por ese tramo de carretera, según las mismas fuentes.