Hasta 10.000 asturianos se quedaron sin luz y electricidad -y muchos de ellos sin calefacción al depender de ésta- en varios concejos a causa de varias incidencias en el tendido eléctrico ocurridas por las fuertes nevadas que mantienen en alerta a la región. Poco a poco, los afectados van recuperando la normalidad en sus viviendas: ¿pero cómo consiguen arreglar estas incidencias?

El esfuerzo es titánico por parte de los operarios que trabajan por encargo de EDP, ya sea personal propio o de empresas contratadas. Hay varias brigadas que llevan tres días de un concejo para otro, recorriendo kilómetros entre la nieve y haciendo frente a condiciones extremas: temperaturas por debajo de los cero grados y hasta más de dos metros de altura de nieve.

Las incidencias en las líneas de alta tensión no son raras cuando se producen intensos temporales. La nieve caída termina haciendo peso sobre los cables, lo cual puede generar diferentes incidencias: hay fases que se bajan y pegan con las inferiores, u otras fases que se rompen directamente. A estas averías se enfrentan estos días las brigadas de operarios, pero rodeadas de un entorno tremendamente hostil.

Las brigadas han pasado por diferentes concejos: Cangas del Narcea, Somiedo, Quirós, Tevega, Caso... Y muchos de los lugares son inaccesibles con los todoterrenos. Hoy, por ejemplo, un equipo tuvo que caminar 800 metros cuesta arriba con metro y medio de nieve, cargando al hombro con todo el equipo: escaleras, pértigas, utensilios de escalada...

Las jornadas de estos días se hacen interminables. Las brigadas están en alerta y cuando reciben avisos de incidencias se lanzan con sus vehículos a la aventura, accediendo hasta donde pueden con sus todoterrenos. En estos días, han llegado a andar seis horas por el monte abriéndose camino entre la nieve con kilos de material al hombro.

Pero las dificultades no se quedan ahí: una vez alcanzan los apoyos o torres de alta tensión llega el momento de la escalada. Y ésta se hace en condiciones extremas: con temperaturas que llegaron a los tres grados bajo cero y las torres congeladas. En esta situación, la subida a la estructura se dificulta: tras ponerse el arnés y los elementos de seguridad, tienen que escalar "con mucho cuidado" y el apoyo constante de ganchos.

Así, los operarios se enfrentan a un reto extremo para devolver la luz a decenas de pueblos asturianos. Igualmente, está siendo dura la reparación de averías en repetidores de telefonía.