"Ta muy malo". El diagnóstico apresurado, nada científico, de un transeúnte en Oviedo sirve para ayer y avanza también atinadamente el pronóstico para hoy y para el resto de la semana en Asturias, para el tiempo de la oscura invernada que ayer desbordó ríos, cerró carreteras y obstaculizo el tráfico ferroviario en Asturias, que marcó en Pajares el récord de precipitaciones de España y promete más invierno, y en algún caso peor, al menos hasta las estribaciones del próximo fin de semana. Después de cuatro jornadas difíciles, el domingo de agua, nieve y frío deja paso a lo peor de este episodio gélido de origen polar que promete extenderse para que acabe durando más de una semana y que reserva lo más crudo para este arranque de la semana. La nieve descenderá hasta las cotas más bajas de lo que va de invierno, hoy a 200 metros, y llegando incluso "ocasionalmente" mañana al nivel del mar. Según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología, la fase más cruda se espera para esta noche y la madrugada.

Todo el interior de la región amanecerá hoy en situación de riesgo "importante" por la previsión de acumulaciones de nieve de hasta veinte centímetros por encima de los setecientos metros de altitud en la Cordillera y los Picos de Europa. Pero los problemas no se circunscribirán a las alturas, la llegada de la ración más contundente del temporal bajará hoy el límite de la nevada por debajo de los trescientos metros, aproximándose peligrosamente a los doscientos que harían aparecer la nieve en Oviedo y en poblaciones de cotas excepcionalmente bajas. En la capital no se prevé que los termómetros suban hoy de los cinco grados y el pronóstico recrudece la borrasca en la noche del lunes al martes y extiende sus efectos hasta los últimos días de la semana, reteniendo el nivel mínimo de la nevada no más arriba de 500 metros.

Ayer, cayó más nieve en Pajares que en ningún otro lugar de España, al cambio cerca de cuarenta litros por metro cuadrado, y sus menos de cuatro grados bajo cero compusieron en algún momento, por efecto del viento del Norte, una sensación térmica de menos de diez. El puerto de Leitariegos dejó en cinco grados negativos la temperatura más baja de una jornada en la que los termómetros únicamente superaron los diez positivos por poco en Llanes -10,5 a las dos y media de la tarde- y en la que el fuerte viento polar y la humedad hicieron crecer abundantemente el frío. Como consecuencia de la combinación del agua y la nieve con el viento y el frío, los ríos crecieron hasta desbordarse en algunos puntos, tanto la autopista del Huerna como el paso por Pajares se mantenían cerrados anoche para vehículos pesados, ocho puertos estaban intransitables y hasta otros dieciocho pedían cadenas. De punta a punta, el granizo tiñó de blanco las playas de Gijón y un alud mantuvo cortada la carretera de San Isidro. Las abundantes dificultades para la circulación quedaron patentes en un accidente múltiple con siete vehículos implicados y una fuerte granizada que provocaron retenciones en distintos momentos de la mañana en la autopista "Y".

Hubo también obstáculos para el tren, porque el hielo acumulado en los ejes de los convoyes que viajan de Asturias a Madrid volvió a obligar a transbordar a los pasajeros del primero de la tarde. Igual que en algún momento de los días anteriores, la congelación de los sistemas de rodamiento dificultó el paso por el cambiador de ancho de León e hizo conveniente que los pasajeros pasasen a otro tren en la ciudad leonesa. Son los efectos de la fase de frío que ya es la más complicada y larga del invierno y que tiene lo peor a punto de llegar.