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Cooficialidad al rojo vivo

La disposición de la Federación Socialista a revisar el estatus del asturiano agita un debate sociopolítico que ya va para cuatro décadas

Un tren de la antigua Feve con una pintada. LNE

La llingua asturiana ha pasado de no tener apenas mención en el borrador del Estatuto de Autonomía, elaborado en 1980, a ser estudiado por unos 25.000 alumnos en edad escolar al año. Mientras las cifras de esta asignatura voluntaria se mantienen estables desde hace varios cursos, el debate político y social sobre el asturiano vive momentos de gran agitación, después de que la Federación Socialista Asturiana (FSA) aprobase en su congreso regional del otoño pasado una resolución en la que apoya la cooficialidad de la llingua que, en la práctica supone una revisión al alza del estatus de una lengua que cuenta con el respaldo de una ley de promoción y uso.

Cuando en los albores de la Transición los padres del Estatuto de Autonomía hicieron el primer borrador casi no había referencia a la llingua, apenas una alusión en su artículo diez a las especialidades del bable.

La enmienda de Xuan Xosé Sánchez Vicente. Aquella ausencia en el texto del Estatuto fue advertida por Xuan Xosé Sánchez Vicente, quien por entonces militaba en las filas del PSOE y ejerció una influencia decisiva para que el proyecto estatutario contemplase el bable. Aunque inicialmente intentó que figurase en el artículo 4 del Estatuto como "lengua propia", finalmente tuvo que transacionar una modificación para que pasara el corte en el Congreso. "Me llamó desde Madrid Pedro de Silva, diciéndome que o se suprimía la referencia de lengua propia o nos quedábamos sin el bable en el Estatuto", recuerda Sánchez Vicente.

Una norma a desarrollar. La redacción del artículo 4 del Estatuto de Autonomía quedó como sigue: "El bable gozará de protección. Se promoverá su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza, respetando en todo caso las variantes locales y la voluntad de su aprendizaje", con el sello de Xuan Xosé Sánchez Vicente, que años después se daría de baja en el PSOE y acabaría fundando el Partíu Asturianista (PAS). El Estatuto ya recogía que una ley autonómica regularía la protección, el uso y la promoción del bable. Todavía quedaba una década por delante para materializar dicha norma. De aquel tiempo son las pintadas que reivindicaban "bable nes escueles". La enseñanza del asturiano era la aspiración prioritaria para extender el uso de la llingua en un ambiente marcado por la defensa, contaminada por los nacionalismos políticos, del euskera, el catalán y el gallego. En aquella efervescencia política, el fomento del asturiano se identificaba como un signo más de recuperación de la democracia.

La ley que nació de un Presupuesto autonómico. Hubo intensas y acaloradas polémicas sociopolíticas, con el catedrático Emilio Alarcos como blanco de las iras de los asturianistas y de un incipiente nacionalismo astur que no gustaba nada en los partidos mayoritarios. El proyecto de la ley autonómica sobre la promoción y el uso, encomendado a Bernardo Fernández entre 1985 y 1987, no llegó a cuajar pero abrió la senda. Casi una década tardaría el arreón definitivo, que vendría como consecuencia de la coyuntura política. Sergio Marqués (PP) no disponía de los votos necesarios para sacar adelante los Presupuestos del Principado de 1996 y el PAS tenía un escaño, el de Xuan Xosé Sánchez Vicente. El apoyo asturianista a las cuentas del primer gobierno popular, que rompía la hegemonía del PSOE en el Principado, bien valía una ley de uso del asturiano.

El asturiano entra en los colegios. Pese al acuerdo presupuestario, la ley tardó en espoyetar casi dos años pero acabó fraguando tras un "cara a cara" en el despacho de la Presidencia del Principado entre Sergio Marqués y Xuan Xosé Sánchez Vicente. La nueva norma garantizaba la enseñanza del bable/asturiano, con carácter voluntario, en los colegios, también permitía a los ciudadanos dirigirse en asturiano a la Administración regional y abría la puerta a que el conocimiento del asturiano pudiera ser valorado para el acceso a oposiciones y concursos del Principado. Marqués llegó a decir que el contenido de esta ley fue uno de los principales motivos de fricción del PP regional con su Gobierno, que acabó la legislatura por libre.

El futuro del asturiano. La Junta General desarrolló el año pasado una comisión sobre la situación de la llingua. Concha Masa presentó en noviembre pasado un borrador donde sostenía que "el único camino válido para garantizar la plena protección" y preservar "con posibilidades de futuro" la llingua pasaba por la cooficialidad, un estatus que lleva parejas nuevas obligaciones en materia de educación y también para la Administración. IU impulsó el dictamen a rebufo del congreso de la FSA que asumió, por primera vez, la reivindicación de la cooficialidad. Escritos y hasta sentencias bilingües, enseñanza del asturiano con carácter obligatorio, la creación de un cuerpo de traductores en el Principado y la valoración de la llingua como un elemento más de puntuación en las oposiciones son algunas de las novedades que conllevaría la cooficialidad.

La implantación del asturiano, hoy. Mientras los defensores de la cooficialidad sostienen que es la receta para evitar la desaparición del asturiano, la enseñanza de la llingua, sin que sea obligatoria, cuenta con miles de alumnos cada curso en toda la región. En primaria, cursa asturiano la mitad de los alumno de la red pública, unos 17.000 aproximadamente, y un quince por ciento de la red concertada; unas cifras que en Secundaria se sitúan en el 15 y el 5 por ciento, respectivamente. El asturiano se imparte en más del 98 por ciento de los centros públicos y en el 80 por ciento de los concertados y, además, en unos sesenta centros del segundo ciclo de educación infantil, según las cifras de la Consejería. El coste aproximado de los 346 profesores que imparten asturiana o gallego asturiano en las redes pública y concertada supone 6 millones de euros para las arcas regionales. El uso de la lengua asturiana, en cambio, es muy minoritario en el ámbito administrativo. El volumen de escritos que recibe el Principado al cabo del año escritos en bable es "testimonial", según un portavoz del Gobierno autonómico.

Cataluña en mente. Los nuevos voces en demanda de la cooficialidad han coincidido con el desafío institucional en Cataluña excitado el debate sociopolítico. Los defensores cifran en 20 millones el coste que acarrearía la cooficialidad en Asturias, los detractores en 70. El PP ha puesto en marcha una campaña en contra de que se revise, al alza, el estatus del que goza el asturiano. En el estreno del último título de la temporada de la Ópera de Oviedo se pateó una locución en castellano. Los ánimos están caldeados.

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