La gripe más mortal de la última década, que ya ha provocado el fallecimiento de 472 personas a nivel nacional, no ha causado el mismo daño en Asturias.
Aunque el número de muertes debido a la gripe a nivel nacional ha superado las tasas de la pandemia de 2009, el Principado ha logrado esquivar esta enfermedad, no en su incidencia pero sí en la tasa de mortalidad, que no ha sido significativa respecto a otros años. Así, en Asturias, según los datos de la Consejería de Sanidad, el total de muertes a causa de la gripe en esta campaña en la región ascendió a diecisiete personas. Dos más que en la campaña anterior, pero estas cifras no suponen un aumento significativo.
Las razones por las que los asturianos han aguantado mejor la gripe que en el resto de comunidades las explica el jefe de la unidad de Neumología del Hospital Universitario de Asturias (HUCA), Pere Casan.
La casualidad provocó que en Asturias los mayores picos de incidencia de la gripe se dieran durante los días de las celebraciones navideñas, lo que hizo que "la gente acudiese pronto a Urgencias. Sobre todo las personas con enfermedades de base o que forman parte de la población de riesgo, al no estar abiertos los centros de salud acudieron desde un primer momento a los hospitales, donde se les pudieron aplicar los tratamientos pertinentes de forma inmediata", explica Casan. Asegura el jefe de Neumología del HUCA que "el sistema sanitario funcionó y respondió muy bien ante la epidemia". Por otra parte, añade Pere Casan que la mayoría de los casos registrados este año estaban infectados por el virus B, que es menos virulento que el A, y aunque la vacuna de este año no tenía anticuerpos del grupo B la población vacunada de otros años "contaba con anticuerpos, lo que la hizo resistente a la gripe de este año".
La Consejería de Salud ya dio por terminada la campaña de gripe en Asturias la semana pasada, y es que el número de casos ha caído en la región hasta situarse en los 49,6 casos por 100.000 habitantes, por debajo del umbral epidémico para esta temporada. Además, la incidencia se mantiene muy baja en todos los grupos de edad. Así lo recoge el informe semanal de la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias emitido el pasado día 9 de febrero.
Pero aunque Asturias haya resistido bien el envite de esta crisis, los datos a nivel nacional no son nada halagüeños. Según el informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos lll, en esta temporada se está produciendo un "exceso de mortalidad por encima de lo esperado", concentrándose el mayor número de defunciones desde la última semana de 2017 y en los mayores de 64 años. El Ministerio de Sanidad señaló que la incidencia de la gripe este año es veinte veces superior a la del pasado y confirma que se trata de la más importante en diez años.
España lleva registrado un total de 472 muertes por gripe confirmadas en laboratorio, de las cuales sólo 17 se han registrado en Asturias, es decir, el 3,6 por ciento del total.
Los expertos siguen alertando a la población de lo importante que es vacunarse, sobre todo en grupos de riegos como son personas mayores o pacientes con enfermedades crónicas. Pero a pesar de las campañas que se llevan a cabo cada año, los datos demuestran que la población es reticente a vacunarse. Así, en Asturias esta campaña tampoco se ha cumplido con el objetivo de vacunación, y aunque se esperaba alcanzar una cobertura de la población del 65 por ciento, se vacunó únicamente un 54,13 por ciento de cuantos deberían haberlo hecho.
La gripe llega todos los años y causa mayores o menores estragos dependiendo del virus que la genere. Se trata de una infección vírica que requiere reposo y tomar líquidos, y suele durar una media de ocho días. Es peligrosa en personas con otras enfermedades de base, bebés y embarazadas. Ahora, precisamente, se ha descubierto que una bombilla, creada por los investigadores del Center for Radiological Research del Columbia University Irving Medical Center (CUIMC), es capaz de destruir el virus de la gripe sin dañar el organismo humano. El secreto consiste en que han encontrado un nuevo rango de emisiones de luz ultravioleta lejana (far-UVC) que mata los virus y no es peligroso para el ser humano.
