Una de las cuestiones que recoge el nuevo reglamento y que más heridas ha reabierto en el socialismo asturiano es la que se refiere al uso de las redes sociales por parte de los militantes, y en especial en el apartado "Odio, insulto o vejación". Dice el texto que "los afiliados actuarán de modo constructivo, no destructivo, dentro de los márgenes de la libertad de expresión, de forma educada, fomentando la reflexión y la deliberación, contribuyendo al intercambio de opiniones, reduciendo tensiones y quedando prohibida cualquier manifestación de odio, insulto o vejación".

La reacción ha sido inmediata, con calificaciones como "cinismo recalcitrante" o "jetas", porque todas las fuentes consultadas tienen aún presente cómo "los que ahora quieren castigar con la expulsión a quien insulte, fueron los mismos que nada más llegar a la cúpula del partido amnistiaron a los que insultaron gravemente a Javier Fernández cuando era secretario general en Asturias, presidente del Principado y presidente de la gestora del PSOE".

"Es sorprendente después de lo que vivimos en el último congreso de la Federación Socialista Asturiana (FSA) y que lo planteen los mismos que bloquearon a muchos militantes en Twitter porque no les gustaba lo que escribían", afirmó otro veterano socialista. "Está bien tener un código ético, pero esto no es nuevo, porque ya los estatutos recogían sanciones para estos comportamientos. ¿Aquello no valía y esto sí? ¿Sólo vale cuando los que escriben e insultan son los suyos?", añadió.

La comisión ejecutiva de la FSA mantenía ayer una reunión previa al comité federal que se celebrará el sábado y en el que se tendrá que aprobar el nuevo reglamento, recogido en 150 folios.