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La apicultura asturiana crece un 10% más que la media nacional, pese a las plagas

Los empresarios de la miel reclaman soluciones urgentes para atajar el avispón, la varroa y los daños de la fauna salvaje

La apicultura asturiana crece a un ritmo del diez por ciento anual, por encima de la media nacional, pero se encuentra con escollos entre los que los apicultores destacan la plaga de avispa asiática, la varroa y los daños que causan los osos y el resto de fauna salvaje en los panales. En Asturias hay censadas unas 44.000 colmenas. Un alto porcentaje forma parte de explotaciones ganaderas profesionales que tienen a las abejas como actividad principal o complemento a la ganadería.

Oviedo acoge desde ayer las V Jornadas apícolas nacionales de la Unión de Uniones, en las que 500 expertos de España y del resto de Europa debaten hasta mañana sobre las posibles soluciones para atajar los problemas que presenta la actividad. Los integrantes del sector pertenecientes al sindicato USAGA y a Promiel llaman la atención sobre la necesidad de combatir la plaga de avispa velutina, que se extiende por el territorio asturiano causando graves problemas medioambientales, sociales y económicos.

La erradicación de esta especie invasora no es sencilla. Así lo reconocieron hace unos días los integrantes de la plataforma "Stop Vespa Velutina", en unas jornadas celebradas en la Escuela de Silvicultura de Tineo. El protocolo de actuación que se está poniendo en marcha en el Principado se centrará en el trampeo de reinas y ejemplares de avispón en primavera, cuando los insectos acaban su proceso de hibernación. Para eliminar los nidos se utilizan biocidas. Otra de las posibilidades son los petardos, un sistema más ecológico que se pretende legalizar.

Otro de los principales problemas de los apicultores es la lucha contra la varroa, un ácaro que parasita larvas y abejas adultas y, que desde los años ochenta causa grandes daños, con un alto grado de contagios.

Luis Fernando Marrón, coordinador de USAGA, recalca que los apicultores son los primeros interesados en que las cosas funcionen. A la vez, ensalza las buenas expectativas que presenta la apicultura en Asturias, "siempre y cuando se superen los problemas". La apicultura asturiana ha sido hasta la fecha un complemento a la renta agraria y de autoconsumo, pero la tendencia está cambiando, tal como indica Luis Pérez, presidente de Promiel, la asociación de apicultores profesionales de Asturias. En la región están censados unos 1.400 apicultores. Los profesionales predominan en concejos como Aller y Lena.

A los apicultores asturianos también les preocupa otra cuestión, la misteriosa desaparición de las abejas en todo el mundo, conocida como "síndrome de desabejamiento". Las abejas abandonan la colmena y jamás regresan, dejando abandonada a su suerte a la reina.

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