Las nubes bajas que provocaron ayer el colapso del aeropuerto de Asturias no son un tipo frecuente de niebla en la región. Se trata de nubes que se forman en la zona costera y en las laderas. El aire al ascender ladera arriba se enfría y se condensa formando nubes densas, que fueron las que ayer provocaron que los vuelos no pudiesen operar desde Santiago del Monte, debido a la falta de visibilidad.

En Asturias hay un promedio de 8,1 días de niebla cada mes del año. En febrero, el promedio de días con niebla es de 5,5, una cifra bastante inferior a la media anual. Los meses con más niebla son julio y agosto, con 11,1 días al mes. En el aeropuerto de Asturias la frecuencia de nieblas es baja en febrero, con 0,8 días al mes, alcanzándose los mayores registros en junio, con 5,4 días con niebla. El promedio anual de jornadas con niebla en Santiago del Monte es de 2,6 días por mes. Sin embargo ayer las estadísticas se pusieron en contra de los viajeros y se formaron las nubes bajas, que impidieron a varios aviones tomar tierra en el aeropuerto asturiano, además de estar desactivado el sistema ILS, que facilita a los aviones el aterrizaje en caso de que no exista buena visibilidad. El aire contiene vapor de agua, procedente de la evaporación del agua líquida. El vapor de agua es invisible. La cantidad máxima de vapor de agua que le cabe al aire depende de la temperatura, y le cabe más cuanto mayor es la temperatura, formándose así la niebla y nubes bajas.