La larga batalla legal que los afectados de fibromialgia vienen manteniendo en los últimos años para conseguir que su patología sea motivo de baja laboral, e incluso de invalidez, adquirió rostro ayer en Oviedo. Lo hizo en la persona de Eugenia Álvarez González, de 47 años, vecina de Teverga, madre de una niña de nueve años. "Tengo una lesión en un tendón del hombro. Mi trabajo, de auxiliar de ayuda a domicilio, me obliga a hacer esfuerzos físicos, a cargar con personas mayores; y si el hombro me falla puedo causar un daño a una persona", explicó la mujer, que durante unas horas llevó su queja ante la sede del Tribunal Superior de Justicia de Asturias. En un cartel amarillo explicaba su caso a los transeúntes que quisieran conocerlo: "Uso mis vacaciones para las bajas que no me dan. Lo siguiente, me veo sin trabajo".

En el fondo de esta cuestión late una antigua demanda de los enfermos de fibromialgia. Sus síntomas más característicos son el dolor en diversas partes del cuerpo, una frecuente presencia de fatiga -de ahí la habitual vinculación de la fibromialgia con la fatiga crónica-, problemas de sueño, dolores de cabeza, depresión y ansiedad, problemas musculares y en las articulaciones...

"Lo que le sucede a Eugenia es el pan nuestro de cada día de nuestros asociados", indicó a este periódico Alicia Suárez Taladriz, presidenta de la Asociación de Enfermos de Fibromialgia del Principado de Asturias (Aenfipa), una entidad con 700 socios. Ya hace años que la fibromialgia está reconocida como enfermedad común. El problema, precisa Alicia Suárez, es que la Inspección médica no la consigna como motivo de baja. "La baja laboral no te la dan por fibromialgia, sino por el síntoma que tienes en ese momento", señala la presidenta de Aenfipa. Y agrega: "Lo ideal sería que en las bajas hubiera un concepto llamado fibromialgia que sirviera de paraguas de todos los síntomas que produce".

La asociación de enfermos no apoya las formas de la protesta de ayer de Eugenia Álvarez. "Creemos que existen otras maneras de reclamar nuestros derechos", asevera Alicia Suárez. Sin embargo, matiza, "respetamos su iniciativa, y entendemos su situación de desesperación".

Eugenia Álvarez lleva veinte años cotizados. "Estoy diagnosticada de fibromialgia desde hace cuatro años", relata. "Todos los síntomas que tengo corresponden a fibromialgia. Tengo muchos dolores, algunos días no puedo moverme", añade. La lesión del hombro la tuvo de baja ocho meses, "pero el médico de cabecera me obligó a volver a trabajar el pasado 15 de enero; me dijo que la Inspección no le permitía prolongármela, y que tampoco le dejaban darme una baja por fibromialgia". Tampoco le han reconocido grado alguno de discapacidad. Ahora está pendiente de que los médicos le digan si tiene que operarse.

Una vez que se agoten sus días de vacaciones "me veo en la calle, porque no puedo trabajar: tendré que dejar mi trabajo y no podré cobrar paro". Ha interpuesto una demanda en el Juzgado para que le den una invalidez. "No pido una invalidez total, sino una parcial, que me permita realizar otro tipo de trabajo, como conserje o en una biblioteca... una tarea que sea compatible con mi estado físico", subraya.