Fue bonito mientras duró. Las playas de la costa asturiana amanecieron ayer cubiertas de blanco y dejaron fotos preciosas y llamaron la atención de los curiosos que se acercaron a ver cómo la nieve llegaba a la rasa costera. Es un fenómeno que se produce muy pocas veces, pero este mes de febrero ha sido uno de los seis más fríos de los registrados en la última década en Asturias y la nieve ha llegado a las playas.

Gijón, Salinas, Llanes y Cudillero se despertaron con sus arenales y sus puertos cubiertos por la nieve. La masa de aire polar bautizada como "Bestia del Este", asociada a la borrasca "Emma", provocaron una caída brusca de las temperaturas en toda la región, que ayer registró temperaturas de siete grados negativos. Sin embargo, a pesar de la ilusión de muchos por ver la playa nevada, la nieve cuajó durante poco tiempo y a mediodía los arenales volvían a su estampa rutinaria, sin atisbo ya de nieve.

Pero la borrasca "Emma" pasó de forma fugaz y es que con ella venía asociada la "Bestia del Este", que conjugaba dos masas de aire, una gélida y otra caliente. A partir del mediodía de ayer la masa de aire cálido llegó a la superficie, provocando que la masa fría se desplazase hacía arriba lo que ha ocasionado un cambio brusco del tiempo y se ha llevado por delante toda la nieve de las playas asturianas.

Las previsiones para los próximos días apuntan a temperaturas mucho más cálidas. Hoy se llegará a los catorce grados en el Principado y la mínima no bajará de seis, y mañana las temperaturas oscilarán entre los trece grados de máxima y un grado de mínima. Lo que si llegarán son las precipitaciones, pero en forma de lluvia. Y es que según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lloverá al menos hasta el próximo martes. Un fin de semana poco apetecible para salir a la calle y que tampoco dejará nieve porque la cota ascenderá, y mucho, por encima de los mil metros todos los días, exceptuando el martes, que bajará a novecientos metros. La nieve a cota cero, o a nivel del mar, es un fenómeno que se produce muy pocas veces, ya que se tienen que combinar temperaturas gélidas con precipitaciones.