Hace trece años la avilesina Conchi González hizo un curso de formación que daría un volantazo a su trayectoria profesional y la conduciría hacia un oficio en el que aún a día de hoy los hombres son una inmensa mayoría. Por aquel entonces, González era auxiliar de enfermería, pero el mundo de los coches siempre le había llamado la atención, sólo trabajaba unas horas por las tardes y tenía las mañanas libres.

Así que decidió apuntarse a un módulo de grado medio en pintura de automoción que ofertaba la patronal regional de talleres y concesionarios, Aspa. Era sólo para mujeres y tenía por objetivo aumentar la presencia de ellas en los talleres de reparación. En su caso consiguieron el objetivo. No ocurrió así con la mayoría de sus compañeras de pupitre. "El mundo de los coches me gustaba, me atraía más la mecánica, pero me salió la oportunidad de hacer este curso y me metí por hacerlo y, al final, mira, aquí estoy", asegura.

En este reportaje, elaborado ante la inminente celebración del Día de la Mujer, hablan asturianas que consiguieron, a base de lucha y tesón, abrirse un hueco en un mundo de paisanos: además de Conchi González, una electricista que controla una grúa en Arcelor, una ovetense que lleva una década conduciendo una furgoneta de reparto de medicamentos, una subinspectora de la Policía Nacional y una lenense que se ha abierto paso en la logística de una multinacional. Todos sus testimonios se pueden leer en el reportaje publicado hoy por LA NUEVA ESPAÑA.

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