El 18 por ciento de los enfermos mentales que en Asturias tuvieron que ser ingresados el año pasado requirieron contención mecánica. Es decir, tuvieron que ser atados para evitar que se lesionasen a ellos mismos o a las personas cercanas. La media que un paciente ingresado por un problema mental requiere contención mecánica es de dos días, según los datos del Sespa, y se le hace un seguimiento cada quince minutos.

Pero el Servicio de Salud del Principado quiere que no haya que recurrir a estos métodos, y por ello acaba de publicar un protocolo de actuación cuyo objetivo es la contención mecánica cero. Este documento fue presentado ayer por el gerente del Sespa, José Ramón Riera, y el responsable de la Unidad de Coordinación de Salud Mental, José Ángel Arbesú.

Riera aseguró que "la mayor parte de los enfermos mentales tienen que estar en la vida como un enfermo de Crohn o de migrañas", es decir, que hay que comenzar a desestigmatizar a estos enfermos, que en su mayoría tomando la medicación pertinente y llevando a cabo los controles clínicos que se les marcan pueden llevar una vida absolutamente normal.

"La tendencia es que los enfermos mentales estén en su entorno habitual. Es difícil, pero lo que no podemos tolerar es que los enfermos mentales estén en casa sin ninguna medicación. Los pacientes no tienen que estar recluidos si no es necesario", añadió Riera.

El nuevo protocolo ha sido elaborado por un grupo multidisciplinar y se presentó también ayer a varias asociaciones de pacientes.

Para reducir la contención mecánica en enfermos mentales se van a poner en marcha una serie de actuaciones, como reformas en las habitaciones de los ingresados, en las puertas y en el mobiliario. Son algunas de las claves que desgranó ayer el gerente del Sespa durante la presentación de este documento. Este nuevo protocolo pretende mejorar la forma de tratar a los pacientes aquejados de una enfermedad mental en Asturias. Aunque el objetivo es no tener que aplicar nunca medidas para limitar los movimientos de los enfermos, Riera también quiso dejar claro que es probable que en algunos casos haya que recurrir a este tipo de soluciones. "Siempre se realiza en beneficio del paciente y forma parte del proceso de tratamiento para evitar alteraciones en el plan terapéutico", apostilló el gerente del Sespa.

Además, Riera también explicó que en caso de tener que aplicar contención mecánica, "siempre se optará por la modalidad que resulte menos restrictiva, como las de contención ambiental o verbal, y sólo se aplicará la psicofarmacológica cuando sea necesario".