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Análisis | Día Internacional de la Mujer

La espectacular movilización de las asturianas marca "un antes y un después"

Profesionales de diferentes ámbitos ven un avance en el 8-M y piden una estrategia de alianza de sexos y no de guerra

La espectacular movilización de las asturianas marca "un antes y un después"

El movimiento "Me too" de Hollywood frente a las agresiones sexuales, la incidencia creciente de la violencia hacia las mujeres y un "techo de cristal" en los ámbitos social, económico y laboral explican, a juicio de los expertos consultados por LA NUEVA ESPAÑA, la enorme resonancia de las reivindicaciones esgrimidas anteayer, en el Día Internacional de la Mujer. "Hay un antes y un después de la huelga feminista y las multitudinarias manifestaciones", sostienen algunos de los simpatizantes de la movilización feminista. Otros entrevistados, en cambio, aún respaldando los objetivos de fondo, critican la "politización" de las acciones públicas, rechazan las estrategias de enfrentamiento hombre-mujer y reclaman una armonización de posturas que optimice las aportaciones de ambos sexos.

Serafín Lemos, catedrático de Psicopatología de la Universidad de Oviedo. "Es evidente que el movimiento producido en torno al 'Me too', seguramente exagerado por el puritanismo norteamericano, y orquestado por el lobby feminista, ha sido lo que ha generado este clima. No creo que las cosas estén peor que antes para las mujeres, sino todo lo contrario. El movimiento feminista radicaliza cada vez más a la sociedad, genera más divisiones que alianzas. Es irónico que se presente el problema de las diferencias hombres-mujeres en países occidentales y se calle lo que realmente es cierto en los países de cultura musulmana, donde el movimiento feminista debería centrarse especialmente. Que no ocurra así revela que los movemos dentro del politiqueo, especialmente en España".

Ángeles Álvarez, directora de la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología Ficyt). "Entiendo que existen motivos suficientes para que esta edición haya tenido una repercusión mucho mayor. Por un lado, el aumento de la precarización laboral a todos los niveles ha incidido más profundamente en aquellos puestos de trabajo ya 'desfavorecidos' y que mayoritariamente están desempeñados por mujeres. Por otro lado, existe una concienciación cada vez mayor de la importancia del papel de la mujer en la sociedad. Por último, el incremento de casos de violencia machista en los últimos tiempos ha generado una mayor adhesión al movimiento feminista que empieza a verse cada vez más como transversal y no político".

Esther Blanco, psicóloga. "Para la mujer, quedan mucho camino por recorrer y muchos derechos por conquistar, pero el debate está siendo derivado hacia una clara destrucción de lo femenino/masculino. El punto de partida no debe ser la división entre lo bueno y lo malo encarnado en el hombre y la mujer. La verdadera igualdad pasa por comprender y aceptar que hombres y mujeres somos distintos en nuestras motivaciones para desempeñarnos en la vida. Hombres y mujeres no disponen de un mismo cerebro, no nos empeñemos en obligar a ningún sexo a aceptar 'a calzador' propuestas del otro género. La verdadera igualdad pasa por empoderar a la mujer para acceder verdaderamente a sus deseos y enseñar al hombre a respetarla. Hombres y mujeres somos iguales en valía, pero diferentes en deseos y motivaciones. Si como mujeres no encontramos una forma de estar en el mundo, el enemigo a batir no es el hombre".

Susana Pérez Alonso, escritora. "Que alguien me indique cuantos proyectos para la igualdad han presentado los sindicatos. ¿Dónde hay un proyecto que regule como han de ser las camas en los hoteles para que no terminen deslomadas? Todos los libros que he escrito tienen por protagonistas a mujeres. En todos se reivindican los derechos de las mujeres frente a una sociedad totalmente injusta, y más con ellas. Por ello agradecería que nadie me diga que no sé de lo que hablo o que no soy solidaria. Esas novelas, y 35 años presidiendo una Asociación de Usuarios de la Sanidad, son mis poderes. A problemas concretos, exigencias concretas. El resto es baile, y alguna será concejal o ministra o asesora bien pagada, a costa de otras a las que utilizan".

Cecilia Díaz Méndez, catedrática de Sociología de la Universidad de Oviedo. "Quizás haya algunos elementos que han intensificado los hechos y animado a una respuesta más clara de la población. Un hecho que no deja indiferente a nadie es la violencia de género. Los medios de comunicación han tenido un papel importante en la visibilizacion de este fenómeno. Por otro lado, los entornos más pequeños, y no sólo las grandes instituciones y los partidos políticos, han dado el paso de expresar su posición con respecto a las desigualdades de género. Pequeñas empresas, pequeñas asociaciones, pequeñas tiendas, pequeños grupos de investigación... han ido impregnándose del espíritu de la igualdad fuera del campo de la política. Este 'espíritu de igualdad' ha llegado al entorno más próximo y así ha llegado al ciudadano menos politizado, no ideologizado. Casi podría decirse que el discurso por la igualdad se ha despolitizado y ha animado a la mujer y al hombre de cualquier edad a reflexionar sobre su propia posición en la sociedad y a actuar contra aquello que se ve como desigual, en particular contra la violencia contra las mujeres".

Gemma Salas, profesora y responsable de igualdad de género del Conservatorio Superior de Música "Eduardo M. Torner" de Oviedo. "Necesitamos igualdad ya. No podemos esperar. Es insoportable la violencia de género en el siglo XXI. Tampoco puede mantenerse la discriminación en todos los ámbitos profesionales. En mi caso, llevo sufriéndolo desde mi incorporación al Conservatorio. Éste es un ámbito muy conservador donde la discriminación es más visible: aunque las mujeres sean muy numerosas, no disfrutamos de las mismas condiciones laborales. Esto ha provocado que haya salido a la calle todo el mundo en una manifestación social sin precedentes de hombres y mujeres unidos por una causa justa. El movimiento 'Me too', las asociaciones feministas, la prensa fijando la atención en la violencia de género, los institutos de mujeres, los avances en legislación de género... son muchas las causas que por fin apoyan un derecho constitucional. Sobre todo superar la corrupción política que permite mantener tanta discriminación injusta".

Sandra Dema Moreno, profesora titular de Sociología de la Universidad de Oviedo. "La clave de lo vivido, tanto el pasado 8 de marzo como éste, tiene que ver con la toma de conciencia por parte de las mujeres sobre las desigualdades sociales que sufren. El contexto de crisis económica seguramente ha ayudado a ese despertar de la conciencia. Y, por supuesto, el enorme trabajo realizado por las organizaciones feministas a lo largo del tiempo. Es llamativo señalar que frente a olas anteriores del movimiento feminista, que tuvieron un claro origen en las sociedades anglosajonas, el mundo hispano y latinoamericano está teniendo ahora un especial protagonismo".

Charo Gómez Haces, empresaria. "Hay un sector más asociado a la derecha que niega la realidad, y no ve nada que cambiar. Otro sector conoce mejor la realidad, pero la diagnostica mal, la exacerba, la utiliza manipulándo para sus intereses ideológicos y políticos. No sé cuál de los dos sectores más listo o más tonto, pero unos están mudos y otros gritan. Falta un diagnóstico más objetivo y desapasionado. Ese término medio que es lo que buscamos en el colectivo 'Equilibra'".

Margot Marqués, secretaria general del sindicato de Enfermería (Satse-Asturias). "Aún existen muchas barreras que derribar para lograr una igualdad plena y efectiva. La situación de la mujer no ha empeorado, pero no ha mejorado lo suficiente. Y todo aquello que no se arregla, se cronifica, y las injusticias hay que erradicarlas. Pero cualquier movimiento activista debe ir encaminado a unir en igualdad, no a separar. Debemos aprovechar todas las capacidades de cada persona, sea hombre o mujer".

Javier Fernández Teruelo, catedrático en Derecho Penal de la Universidad de Oviedo. "La jornada reivindicativa del 8-M ha sido la culminación de la conciencia de grupo de las mujeres y de la injusticia a la que se ven sometidas. Esta realidad provoca desconcierto entre los hombres. Quien haya seguido la jornada por las redes sociales habrá visto que muchos estaban deseando que acabara el día porque lo vivían como algo incómodo, y eso es porque las reivindicaciones se sustentan en razones sólidas. Las mujeres que se oponen a lo que pasó el 8-M es porque han adoptado el modelo patriarcal de la sociedad. Hay un antes y un después de la huelga feminista y las multitudinarias manifestaciones. Es un momento especial de impulso".

Carmen Díaz Corte, jeja del servicio de Nefrología del HUCA. "Creo que esto no debería ser considerado un movimiento feminista, sino 'humanista'. Tristemente, la palabra feminismo sigue acompañada de connotaciones peyorativas y algunos hombres se sienten amenazados. Yo misma no había ido a ninguna manifestación del 8 de Marzo, y esta vez fui a Gijón porque pensé que era el momento. Fue fantástico ver la respuesta, sobretodo, la cantidad de gente joven, la cantidad de hombres y la cantidad de pancartas 'artesanales' con todo tipo de reivindicaciones".

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