La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El milagro de las arquitectas

Las profesionales del sector resaltan las dificultades para progresar en su profesión y relatan algunos casos de "micromachismos"

Por la izquierda, Inés García, Laura López, Elena Salguero, Nieves Ruiz, Beatriz Fernández, Clara de los Reyes, Sonia Puente, Concepción Mulet y Paula Fernández. IRMA COLLÍN

-¿Habéis sido alguna vez discriminadas por ser mujeres?

La flecha, en forma de pregunta, la lanza la decana del Colegio de Arquitectos de Asturias Sonia Puente Landázuri. En la mesa de debate otras ocho compañeras de profesión, Inés García, Beatriz Fernández, Clara Rosa de los Reyes, Concepción Mulet, Nieves Ruiz, Paula Fernández, Laura López y Elena Salguero, lidian como pueden con el dardo. La mayoría responden que no, pero pronto comienzan a aflorar las anécdotas. Pequeños roces. Algunos desprecios a los que, así de primeras, no le dieron demasiada importancia. Son, lo que se llaman micromachismos.

"Yo he tenido mucha suerte. Nunca me he sentido discriminada". Con suavidad, el fuego lo abre Concepción Mulet, una de las más veteranas. Otra de las más experimentadas, Nieves Ruiz, la primera mujer colegiada en la región, cuenta otra historia demoledora. Asegura que durante una cena un compañero arquitecto le soltó que esta profesión se estaba echando a perder porque se estaba llenando de mujeres. La revelación causó un gran revuelo en la mesa.

El Colegio de Arquitectos de Asturias celebró ayer una mesa redonda para analizar el papel de ellas en esta profesión con motivo del Día Internacional de la Mujer que tiene lugar hoy. Para eso, reunió a arquitectas de diferentes generaciones.

El debate dejó aflorar varios casos de discriminación también entre las profesionales más jóvenes. Elena Salguero, que lleva un par de años trabajando en un estudio de arquitectura en el que es la única mujer. "Cuando voy con mis compañeros los clientes se dirigen a ellos, y a mí me ignoran o como mucho me dicen qué jovencita eres, o qué guapa", resalta. El testigo lo recoge otra de las más jóvenes de la tertulia, Inés García, que trabaja en un estudio en el que reina la paridad. Son dos hombres y dos mujeres. "Nos ha pasado de que algún cliente llame y pregunte si está el jefe, o, cuando hemos ido a recoger algún premio si nosotros somos éramos sus mujeres", señala. Esta última frase también causa un importante revuelo entre sus compañeras.

Más sangrante fue la situación que vivió Beatriz Fernández cuando vivía al otro lado del planeta, en Australia. Un país que, asegura, es más machista que España. Empleada en una empresa en Sídney descubrió que uno de sus compañeros que hacía el mismo trabajo que ella, tenía las mismas responsabilidades y la misma categoría estaba cobrando unos 10.000 dólares al año más que ella. La diferencia es más que notable.

Las cifras en el sector son demoledoras. El 60% de las arquitectas asturianas cobra por su trabajo menos de 20.200 euros. La diferencia con ellos es notable. "Eso es muy poco dinero", asegura Laura López. Más, si se compara con los ingresos de los ingenieros, que perciben unos 35.000 euros al año por su trabajo. "Ser arquitecto es muy duro, ser arquitecta es un milagro", sentencia a modo de conclusión tras comprar las cifras.

Por su parte, Paula Fernández, destacó que no existe una arquitectura de hombres y otra de mujeres. La visión "depende de las personas". Mientras que Clara de los Reyes, de origen cubano, relató cómo llegó a su profesión. Fue un tío suyo el que le dio la idea. "Gracias a él soy lo que soy, porque no quería ser médica y tener que abrir cadáveres", afirma.

Compartir el artículo

stats