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Una semana en vilo tras el hallazgo del cadáver de la gijonesa en el embalse de Villayón

"Se está humillando a una familia honrada y trabajadora; ahora buscan cosas para hacer daño", lamentan sus allegados

La comarca del Navia cierra una semana de infarto. Si el lunes pasado la investigación por la desaparición de Paz Fernández Borrego mantenía abiertas varias líneas, al día siguiente las pesquisas de los investigadores daban un vuelco total con el hallazgo, por parte de un piragüista, en el embalse de Arbón del cadáver de la gijonesa, que había sido vista por última vez el 13 de febrero.

La autopsia posterior desveló que la mujer había luchado a brazo partido con su homicida, tanto que en sus brazos se hallaron señales claras de resistencia, las llamadas lesiones de defensa y que podrían ser compatibles con un intento de estrangulamiento. Era el final a tres largas semanas de angustia para la familia. En la villa naviega y en varias localidades del Occidente, en vilo, comenzó a especularse sobre quien podría haber sido el autor de los hechos. El estado en el que fue encontrado el cadáver apuntaba, además, a una posibilidad inquietante. La mujer llevaba el vestido con el que se la vio por última vez, pero sin ropa anterior. En las pesquisas de la Guardia Civil para dar con el autor del crimen, se barajaron varios nombres y comenzó el revuelo en las localidades del entorno. A las diez de la mañana del pasado viernes se produjo el primer y único arresto: el coañés Javier Ledo, que ha permanecido todo el fin de semana en los calabozos de Luarca.

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