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La corrupción hace bajar a Asturias en el escalafón europeo de calidad de gobierno

El Principado figura en el puesto 92.º entre doscientas regiones, pero - recibe notas peores que las que obtuvo en los años 2010 y 2013

La corrupción hace bajar a Asturias en el escalafón europeo de calidad de gobierno

Asturias pierde posiciones en el escalafón europeo sobre calidad de gobierno debido a la mayor sensación que hay entre la ciudadanía sobre el fenómeno de la corrupción. El Principado se encuentra en el rango medio-alto de España, por detrás de Cantabria, País Vasco y Navarra pero he perdido puestos según un estudio elaborado por la Universidad de Gotemburgo para la Unión Europea, que sitúa a Asturias es una situación similar a las regiones de Lorraine y Provenza (Francia) y el Alentejo portugués.

El ranking de calidad de gobierno se basa en las percepciones de los ciudadanos de las 220 regiones de Europa sobre el funcionamiento de servicios que les prestan las administraciones públicas, tales como la sanidad y la educación, aplicación de la justicia o el funcionamiento de los procesos electorales, entre otros. El estudio de los investigadores de la Universidad de Gotemburgo, formado por Nicholas Charron, Lewis Dijkstra y el oscense Víctor Lapuente Giné, resume los resultados obtenidos de 78.000 encuestas en todo el continente, de las que 411 corresponden a Asturias, en tres grandes indicadores o pilares: calidad, imparcialidad y corrupción. Este último apartado se evaluó con dos parámetros, la impresión ciudadana y las preguntas de experiencia.

Asturias figura en el puesto 92 de 202 regiones de la Unión Europea en la clasificación de Calidad Europea de Gobierno, siendo sus puntos fuertes la calidad de los servicios, en cuyo escalafón parcial figura en el puesto 71 mientras que en imparcialidad también tiene una puntuación destacada, que la sitúan en el puesto 79 de los dos centenares de regiones europeas. Pese a esas buenas notas, Asturias baja respecto a los estudios realizados en los años 2010 y 2013 por el mismo equipo investigador de la universidad de Gotemburgo (ver gráfico anexo). El motivo es el empeoramiento en la percepción de la corrupción que mostraron los asturianos consultados para dicho estudio. En la clasificación parcial sobre corrupción Asturias se encuentra en el puesto 110, ligeramente algo peor que la media en el cómputo de las 202 regiones de la Unión Europea. Las autonomías españolas que salen peor paradas por su evolución negativa son Canarias en el apartado de calidad, Galicia en el capítulo de imparcialidad y Galicia, Madrid, Canarias y Baleares en el de la corrupción. En cambio, en el otro lado de la balanza Madrid y La Rioja figuran entre las regiones de Europa que más mejoraron en cuanto al parámetro de la calidad mientras que Cantabria lo hizo en el que mide la imparcialidad. En corrupción, ninguna de las comunidades autónomas de España figura entre las que registraron una mejor evaluación del continente. En el cómputo de los estados, España es el país que más posiciones ha bajado desde el anterior estudio de la Universidad de Goteborg: en 2013 España figuraba en el puesto 14 y ahora ha caído al 19, sólo por delante de Polonia, Letonia, Eslovaquia, Italia, Hungría, Croacia, Grecia, Rumania y Bulgaria. Esta clasificación está encabezada por los países del norte de Europa, como es el caso de Finlandia, Suecia y Dinamarca. Alemania figura en el puesto 7 y el Reino Unido justo detrás, en el octavo escalón.

España es uno de los países con mayor divergencia entre sus regiones en cuanto al capítulo de calidad se refiere, debido sobre a la puntuación decreciente de regiones como Andalucía y Valencia en contraposición a la mejoría registrada en Cantabria, Navarra y el País Vasco. El estudio destaca precisamente que "a pesar de la tendencia negativa en el promedio nacional de España así como del descenso en las regiones meridionales, Navarra, Cantabria y el País Vasco han mostrado una mejora constante".

El estudio arroja una conclusión pesimista sobre la evolución de Europa, que bien podría tener cierta conexión con la crisis económica que ha lastrado la cohesión en muchos territorios y que consiste en el aumento de la divergencia nacional en términos de crecimiento económico y productividad ya constatado por expertos. Otra conclusión de interés es que "la geografía parece importar pero no determina completamente la calidad del gobierno en una región". Los autores plantean la conveniencia de estudiar regiones referencia respecto a las de su entorno, en el caso de España, Navarra.

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