Javier Ledo volvió en la tarde de ayer al lugar del crimen para asistir a un nuevo registro de la vivienda de su familia en Navia, en el que participaron agentes de Criminalística de la Guardia Civil. El presunto asesino de la gijonesa Paz Fernández Borrego vestía la misma ropa que llevaba el pasado fin de semana y exhibía un aspecto cansado, con párpados caídos y barba de varios días.

Los agentes, junto a Ledo, llegaron a la casa en torno a las tres de la tarde. A las seis, abandonaban el lugar con abundante material. Es la tercera vez que los agentes registran la casa de Ledo, desde su detención el pasado 9 de marzo de 2018. Fue en esta vivienda donde los perros señalaron un rastro de sangre en una fregona. En los últimos cinco días, las labores de la Guardia Civil se centraron en la zona del embalse de Arbón, el lugar donde apareció el cadáver de la gijonesa. El arma del crimen sigue sin aparecer. Se sospecha de unas muletas.

Ledo permanece en el módulo de ingresos de la prisión de Asturias, donde, tras un examen psicológico, se le aplica el protocolo antisuicidios. También el artículo 75.2 del Reglamento Penitenciario, con limitaciones en su participación en actividades colectivas, para evitar posibles agresiones o represalias. Todo ello al tratarse de un preso mediático.

Fuentes penitenciarias indicaron que se está sopesando el traslado de prisión a Ledo para garantizar su integridad física. La decisión no ha sido tomada aún por Instituciones Penitenciarias, debido a que prosigue la investigación del crimen y puede ser necesaria, como ayer, su presencia para la realización de diligencias. En su última comparecencia judicial, el pasado lunes, Ledo aseguró que el fallecimiento de Paz Fernández fue "accidental", al caerse por una escalera y golpearse en la cabeza, una versión que no cuadra a los investigadores, debido a las lesiones que presenta el cuerpo de la mujer, con múltiples fracturas en la cabeza, lesiones en el cuello compatibles con una maniobra de estrangulamiento y heridas de defensa en los brazos, lo que indicaría que luchó contra su agresor.