Hay registrados en Asturias unos 160.000 perros (el doble que vecinos de Avilés), que componen aproximadamente el 92% de las mascotas documentadas en la región. La cifra asombra: un perro por cada siete habitantes en el Principado. Son datos oficiales, porque perros hay más. Los que no tienen dueño y los que están sin registrar aunque lo tengan.
Pero los perros son la punta del iceberg de un mundo de mascotas que nadie se atreve a cuantificar. Pájaros, peces, hámsteres, conejos, tortugas... Sabemos que en Asturias están registrados 5.617 gatos y 226 hurones. Se conoce esta última estadística porque se trata de una especie que sí requiere registro, pero muchas especies, más o menos habituales en los hogares asturianos, sobre todo en los hogares con niños, pasan inadvertidas a las estadísticas.
La cifra de las 165.285 mascotas, entre perros, gatos, hurones y un apartado de "otros" en los que hay unos cuantos animales exóticos, fue dada a conocer ayer por el Colegio de Veterinarios de Asturias que hoy presenta en Oviedo una campaña de bienestar animal para sensibilizar a los niños de la necesidad de preservar las condiciones de vida de las mascotas.
El acuerdo al que han llegado con la Consejería de Educación permitirá formar a unos 8.000 escolares de toda la región en la tenencia responsable de animales domésticos.
Lagartos y tarántulas
Hay decenas de miles de mascotas invisibles, en condiciones de habitabilidad que como poco son discutibles.
Peceras y jaulas muy pequeñas, escaso control sobre la alimentación o simplemente convertidos en instrumentos de juegos infantiles, sin entrar en la eterna polémica del abandono que afecta a mascotas grandes y pequeñas y cuyas cifras se resisten a bajar a pesar de todas las campañas al respecto.
El programa se enmarca en el Convenio Europeo sobre Protección de Animales Domésticos que entró en vigor el pasado 1 de febrero.
Hay en España casi once millones de mascotas registradas, en su gran mayoría perros, y más de tres millones de animales exóticos, se supone que legales. De los ilegales se sabe menos por la cuenta que les tiene a sus propietarios. En este apartado de mascotas singulares el catálogo es más que amplio: reptiles, con mayoría de lagartos e iguanas; mamíferos de todo tipo y condición, comenzando por la moda del cerdo vietnamita; insectos, con especial fortuna para las granjas de hormigas, pero sin olvidar el mercado de arañas y tarántulas, entre otros. Hay quien tiene en su casa un murciélago, una cabra pigmea, un perezoso o un erizo (no de mar, precisamente).
Hay quien tiene un mapache y no sabe (o se lo sabe y se calla) que está cometiendo una ilegalidad. Hay especies de serpientes que están prohibidas, como por ejemplo las cobras o las serpientes de cascabel. Hay quien tiene en su casa un cocodrilo... hasta que el animal crece.
Los expertos ponen el acento en el peligro que supone devolver a la naturaleza (pero casi siempre a una "naturaleza" ajena al animal) determinadas especies invasoras y dañinas.